Las ocupaciones corrientes tienen un sentido divino, de eternidad.

“Vuestra vocación humana es parte de vuestra vocación divina”Resultado de imagen para familia de espaldas

Jesús, Señor y Modelo nuestro, creciendo y viviendo como uno de nosotros, nos revela que la existencia humana –la tuya–, las ocupaciones corrientes y ordinarias, tienen un sentido divino, de eternidad. (Forja, 688)
La fe y la vocación de cristianos afectan a toda nuestra existencia, y no sólo a una parte. Las relaciones con Dios son necesariamente relaciones de entrega, y asumen un sentido de totalidad. La actitud del hombre de fe es mirar la vida, con todas sus dimensiones, desde una perspectiva nueva: la que nos da Dios.

Pues bien: os recuerdo, una vez más, que todo eso no es ajeno a los planes divinos. Vuestra vocación humana es parte, y parte importante, de vuestra vocación divina. Esta es la razón por la cual os tenéis que santificar, contribuyendo al mismo tiempo a la santificación de los demás, de vuestros iguales, precisamente santificando vuestro trabajo y vuestro ambiente: esa profesión u oficio que llena vuestros días, que da fisonomía peculiar a vuestra personalidad humana, que es vuestra manera de estar en el mundo; ese hogar, esa familia vuestra; y esa nación, en la que habéis nacido y a la que amáis. (Es Cristo que pasa, 46)

San Josemaría, fundador del Opus Dei