Jesús: mírame en silencio

Jesús a Gabrielle Bossis, Francia


"Multiplica los sacrificios. Dos o tres por día. No es mucho en sí, pero en unión con Mis Méritos, adivina la fortuna. 

Orar es ya en sí un sacrificio. Sube al Cielo como el humo de los holocaustos antiguos. 

Puedes orar trabajando y descansar de la oración cantando palabras dirigidas a Mí.

 Y luego puedes simplemente, mirarme en silencio Esos silencios cargados de afecto, que valen mucho más que muchos rosarios recitados con distracción

La oración es un acercamiento a tu Dios y Salvador, que siempre te está esperando, El no podría concederte, si no te Le acercas, todas esas Gracias que pesan en Sus Brazos cargados.

 ¡Y qué hermoso día, Mi Gabriela, cuando lo pasas todo entero a Mi Sombra! ¡No Me dejes nunca! Comprende que Yo Soy como un mendigo que espera, sin decir nada, la compasión de los transeúntes y su limosna bondadosa. Y no es tanto esa limosna la que Me encantará, cuanto el gesto del corazón. Resultado de imagen para mendigo

Trata de comprender Mi Agonía ante las indiferencias, los odios de que Soy objeto, hasta el fin del mundo. Mis Sudores helados, Mis Sudores ardentes. Mi Suidor de Sangre. Yo he temblado, como el pobre friolento que aguarda sin decir nada la compasión de los que pasan. 

El transeúnte eres tú. Porque pasas en la vida. Cúbreme pues con tu amor. Lo quiero todo. Quiero llenar tu momento presente. Quiero ser tu propio ser, tu respiración, el latir de tu corazón, hasta el último golpe. Y aun cuando después de ese último latido tu alma no hubiera ya dejado el cuerpo, quiero que su último pensamiento sea para Mí. 

"Comprende las exigencias del Amor. Yo puedo pedir todo eso, pues todo Lo pagué en la Cruz.