Pedid constantemente la asistencia del Espíritu Santo.

Pedid con insistencia la presencia del Espíritu Santo Mayo 30/09 María a Agustín del Divino Corazón


: Pedid constantemente la presencia y asistencia del Espíritu Santo. Él desciende sobre aquellos que lo invocan. El Espíritu Santo os enriquecerá con sus dones, con sus carismas. El Espíritu Santo aletea sobre la Iglesia en este final de los tiempos. Iglesia que atraviesa una horrorosa crisis. Iglesia que aparentemente se está desmoronando, se está derrumbando.Resultado de imagen para holy spirit

 Pero jamás podrá ser destruida, aniquilada porque fue Jesucristo quien la fundó, fue Jesucristo quien delegó poder, autoridad sobre Pedro, primer Papa; la Iglesia forma el Cuerpo Místico de Cristo, vosotros estáis en ella. Sentíos orgullosos de ser católicos y sentíos orgullosos de profesar la verdadera fe. 

El Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, obra prodigios en las almas que lo invocan. Pedid que os ilumine. Pedid que os fortalezca. Pedid que os dé sabiduría. Pedid que os dé piedad y temor de Dios. No os canséis de pedir la presencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo pondrá palabras en vuestro corazón y por ende en vuestros labios para que le alabéis, para que le adoréis, para que le rindáis los tributos que, esta Tercera Persona de la Santísima Trinidad se merece. 


Muchas almas, muchos fieles de mi Iglesia le cortan sus alas, lo anclan, le impiden volar, lo encajonan. Vosotros permaneced abiertos en recibir sus dones, en recibir sus gracias, en recibir sus carismas. Hay tantos carismas que da el Espíritu Santo, muchísimas gracias concede el Espíritu Santo a las personas que lo invocan frecuentemente. 

El Espíritu Santo descendió sobre mí, sobre los apóstoles en forma de lenguas de fuego en el día de Pentecostés. Pedid, vosotros lo mismo. Pedidle a Él que descienda, que os invada con su luz, que os abrase con su fuego. Tantos dones, tantos carismas enriquecieron a la Iglesia Primitiva. Estáis viviendo la era del Espíritu Santo. Él está soplando en los cuatro puntos cardinales: de sur a norte, de oriente a occidente. Pedid que sople sobre vosotros. Pedid que expanda sus alas plateadas y os arrope con su fuego incandescente y enardecedor. 

Muchas gracias sobrenaturales adornaron a los santos que hoy disfrutan de las delicias del Cielo prometido. Dentro de esas gracias y esos dones especiales cito los siguientes: la hierognosis, un don que Dios le concedió a algunas almas de distinguir lo Sagrado de lo profano. La inedia que hace referencia al ayuno total, al ayuno voluntario. 

Muchos de estos santos se alimentaban únicamente de la Sagrada Eucaristía. El perfume sobrenatural fue otro don que adornó a algunas almas de vida recta y de vida intachable, expelían de su cuerpo un aroma; aroma y fragancia especial que no se podría comparar con el aroma de la tierra. 

La luminosidad es otro don: algunos santos su rostro despedían algunos rayos de luz luminosos; la transverberación que se refiere a un herida de Amor en el corazón. La bilocación: estar en dos partes al mismo tiempo. 

La levitación o suspensión en el aire; la estigmatización, herida de Jesucristo en las manos, en los pies y en el costado. La traslación: llegar a un lugar en forma rapidísima. Estos son dones especiales y particulares que se le concede a algunas almas. 

Hay otros dones que enriquecen nuestra Iglesia: oración en lenguas (glosolalia) e interpretación, curación, locución, palabra de conocimiento, profecía y los siete dones del Espíritu Santo que se reciben en el Bautismo, don de la revelación. Sed constantes en pedir la presencia del Espíritu Santo. Os recuerdo: estáis en la era del Espíritu Santo. Os habla María, Madre de la Iglesia, que os quiere incorporar al Cuerpo Místico de Cristo.