7 claves para llegar al Cielo

Foros de la Virgen

Si no lo logramos la santidad en la tierra no podremos acceder al Cielo y en el mejor de los casos pasaremos mucho tiempo en el purgatorio purificándonos.

En una ocasión le preguntaron al gran escritor Inglés, erudito y santo, beato cardenal John Henry Newman (1801-1890) sobre cómo se podría llegar a ser santo. Este hombre santo, pero muy práctico dio una breve pero clara receta para la santidad.


En primer lugar, “Vete a la cama a tiempo”.  

Esto puede tomar a muchos por sorpresa, pero pensándolo bien no debería. ¿Por qué?
Si no conseguimos suficiente descanso para nuestro cuerpo, este se cansa; vamos a estar arrastrandonos en el día.
Lo más probable es que vayamos a estar impacientes y terminando por ser parcos y molestando a la gente, especialmente a aquellos con quienes vivimos.
Nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, y debe ser tratado adecuadamente a través de un descanso adecuado.
cardenal Newman
Cardenal Newman

En segundo lugar, al despertar debemos ofrecer nuestros primeros pensamientos a Dios, y consagrar el día a su servicio. 

Hoy podríamos llamar a esto el ofrecimiento de la mañana. En esta oración ofrecemos todo a Jesús, a través del Inmaculado Corazón de María.
Que todas nuestras palabras, obras, e incluso intenciones para hacer sean para el honor y la gloria de Dios y para la salvación de las almas.

En tercer lugar, comer para la honra y gloria de Dios 

San Pablo lo dice de esta manera: “Ya sea que coman o beban hagan todo por el honor y la gloria de Dios.” 
Cuando comemos nunca deberíamos ser movidos por la pasión y la gula, sino siempre ser dirigidos por la fe y la razón.
oracion frente a imagen de la virgen maria

En cuarto lugar, con respecto a los pensamientos inmorales e impuros – con los que todos luchamos con ellos de una forma u otra -, deberían ser rechazados inmediatamente

Muchos se preguntan si es malo el solo tener pensamientos pecaminosos.
Una vez un sacerdote le preguntó a un hombre si se entretenía con malos pensamientos. El hombre respondió rápidamente: “No, ellos me entretienen”.
Tan pronto como seamos conscientes de pensamientos impúdicos o indecentes debemos rechazarlos y expulsarlos de nuestra mente lo más rápidamente posible a través de una breve y ferviente oración y un fuerte acto de la voluntad.

En quinto lugar, hacer una visita eucarística ferviente 

Recuerda que vivió en la Inglaterra protestante del siglo XIX en el que no había una gran cantidad de iglesias católicas y no demasiadas misas diarias.
Por esa razón una visita ferviente al Señor Eucarístico serviría para mantener el amor del corazón inflamado por el Señor Jesús.
orando con un rosario

En sexto lugar, rezar el Rosario 

El Cardenal Newman anima a que se ore esta maravillosa oración diariamente.
Los santos, los Papas y Nuestra Señora misma todos han recomendado vivamente el rezo diario del Santísimo Rosario.
En 1917 la Virgen de Fátima apareció en seis ocasiones a los tres niños pastores: Lucía, Francisco y Jacinta. Cada vez que los visitó, Nuestra Señora exhortó a rezar el Rosario diariamente.
San Juan Pablo II en su carta “La Santísima Virgen María y el Rosario” alienta asimismo orar el Rosario y por dos intenciones específicas: Para la paz mundial y para la salvación de la familia.
El Padre Patrick Peyton citaba que “La familia que reza unida, permanece unida”.

En séptimo lugar, hacer todo con un amor extraordinario

El Beato Cardenal John Henry Newman ponía en la parte superior de la torta de la santidad estas palabras: “Trata de hacer los deberes comunes de la vida diaria con un amor extraordinario.”
Si esto se hace con fe y sobre una base diaria tenemos un programa corto y la receta para la santidad.
Ésta es la esencia de la espiritualidad de Santa Teresa de Lisieux. Dios no presta tanta atención a la grandeza de la acción exterior, sino más bien a la pureza de intención por la que la acción se lleva a cabo.
Santa Teresa también afirmó este concepto espiritual con estas palabras: “Recoger un alfiler por amor puede convertir un alma.”
Recuerda que Jesús puso más atención y elogió la humildad de la viuda entregando dos pequeñas monedas de cobre (con muy poco valor económico) que las enormes sumas de dinero entregadas por el vanidoso y orgulloso y egoísta.
Esperemos que esta receta simple de la santidad del Beato Cardenal John Henry Newman pueda servir de motivación y estímulo para que tu y yo busquemos la razón de nuestra existencia: la santidad en esta vida que terminará en la felicidad eterna en el cielo.