Recuerdo que un sacerdote fue a bendecir una casa y, al llegar a cierta
habitación, donde se había practicado la ouija y adivinación, no podía entrar a
bendecirla, como si una fuerza poderosa se lo impidiera. Invocó a Jesús y a María y pudo entrar, encontrando en uno de los cajones de la habitación unas figuras de diablos,
que habían usado en sesiones de magia. Por eso, es bueno bendecir las casas y los
coches para pedir la protección de Dios. Especialmente, hay que bendecir los lugares
donde hayan practicado magia o hechicería y quemar los objetos que se hayan usado. Se
puede decir la siguiente oración, echando agua bendita: Señor, visita esta habitación,
aparta de ella todas las asechanzas del enemigo, que tus santos ángeles habiten en ella
y nos guarden en tu paz. Amén.
Por Angel Peña
Por Angel Peña