Siempre enarbolad la esperanza


(HABLA DIOS PADRE)
A Y María de Getsemaní
Yo, Dios Padre, ya no soporto más el ver a Mis Hijitos así. Vengo por vosotros, viene Mi Amadísimo Hijo Jesucristo por vosotros los pequeños, los humildes.
 No desesperéis. Confiad, confiad, confiad.
Que Vengo por vosotros. ¿Lo creéis, Mis Amados? Está a todo lo largo de vuestros Evangelios, que es el final y sólo para dar inicio al Verdadero Principio en el que Restauraré a Mi maravillosa Creación, toda, a vosotros mismos os rejuveneceré y os llenaré de Bendiciones sin par.
No podéis siquiera imaginar el Bien tan grande que viene a vosotros que os estáis manteniendo firmes y fieles. Es algo tan grande, tan magnífico, tan maravilloso que no lo podéis siquiera imaginar.
No ha habido pintor ni artista alguno que haya podido escribir versos o pintar frescos que den una pálida idea ni una sombra de lo que será, porque la idea de Paraíso ha sido borrada de vosotros y sólo por Fe deberéis creer, esperar y confiar(*).
Os insistimos en que  Confiéis en el Cielo, en que confiéis en vuestro Señor Jesucristo, en vuestra Santísima Madre María, en Mi promesa de lo que vendrá a los justos y a los de corazón recto (**).
 Buscad y se os dará, os ha dicho Mi Hijo, y así habréis de hacer.
La oscuridad es casi total y vosotros sois Mis luces de este mundo, no desistáis de vuestra misión y no perdáis de vista la esperanza. Cuando veáis la tormenta, (los Míos pueden ver más allá con la luz de la esperanza que he colocado y puesto en vuestras almitas al momento de la concepción. Es lo primero que os doy, por eso es lo último que se va.) y si no os queda más nada, cogeos de la esperanza en que Dios cumple SIEMPRE cabalmente Sus Santas Promesas y su Palabra es fiel hasta la eternidad.
Siempre enarbolad la esperanza aunque estéis en el medio de la tormenta. Siempre enarbolarla (***) para que vuestros hermanitos la enciendan en su almita y corazón y no os descorazonéis por lo que veis a vuestro entorno y derredor. Porque Yo, Dios Padre, os lo he dicho: Consumatum est, ya todo está escrito, todo se desenvuelve y vosotros habréis de enarbolar la bandera de la fe, de la esperanza, de la caridad. ¿Lo podéis comprender?
No os podéis apagar porque entonces ¿quién alumbrará el Caminito a vuestros hermanos? Sois vosotros los que estáis encargados de mantener encendida la esperanza en los corazones de vuestros hermanos, Pequeños Míos, del Fin de los Tiempos.