El silencio del papa Francisco sobre Medjugorje es positivo

Asunto Medjugorje 

Me gusta rememorar este testimonio de Mirjana sobre el santo papa Juan Pablo II: “Un sacerdote me dijo que el papa experimentaba un gran afecto por Medjugorje porque dos meses antes del inicio de las apariciones él le oraba a la Virgen pidiéndole que volviera a la Tierra. Le decía: “No puedo lograrlo solo; Yugoslavia, Checoslovaquia, Polonia, etc., todos esos países son comunistas. Yo solo no puedo con todo esto. Tengo necesidad de ti”. Cuando más tarde supo que en Yugoslavia, en un país comunista, la Virgen se aparecía en la pequeña aldea de Medjugorje dijo: “Ésta es la respuesta a mis plegarias” (Intercambio de preguntas y respuestas de octubre 2009 en Medj).
El 2 de agosto, el Cardenal Schönborn de Viena ha enviado estas palabras de aliento a los miles de jóvenes reunidos en Medjugorje en el Festival de los Jóvenes (Ver PS 1):
“¡Queridos jóvenes que están nuevamente reunidos en gran número en Medjugorje! Estos últimos días estoy profundamente unido a ustedes en el corazón y la oración. Hoy festejamos a San Ignacio de Loyola. Él tenía un solo deseo: ponerse totalmente a disposición de Dios para propagar su Reino. Este ideal ha dado muy bellos frutos. El más reciente en el tiempo es nuestro querido Papa Francisco, el primer papa de la orden de los Jesuitas. Confiémoslo a la Gospa, él y su ministerio. Jesús nos dice que hagamos nuestro lo que san Ignacio efectivamente puso en práctica: “¡Heme aquí!” ¡Contigo, en comunión contigo quiero vivir mi vida!” Que Dios los bendiga al igual que los días que pasarán con Él y con su Madre en Medjugorje! Por favor oren por el Sínodo de la Familia. Suyo, Christoph, Cardenal Schönborn”
Por mi parte creo que el silencio del papa Francisco sobre Medjugorje es positivo; pienso que espera el momento favorable para expresar su parecer. Pequeña anécdota significativa: El miércoles 17 de junio último, Douglas, un viejo amigo peregrino de Medjugorje, se encontró con el papa Francisco en el curso de la Audiencia general donde imparte su catequesis sobre la familia, inspirada aquel día sobre el evangelio del joven, hijo de una madre viuda, que era llevado al cementerio (Lc 7, 11-15). Douglas le dijo: “Santo Padre, esto es exactamente lo que sucede en Medjugorje: algunos sacerdotes llegan muertos interiormente ¡y allí Jesús los resucita y se los devuelve a Su Madre!” El papa le respondió de un tono convencido: “¡Lo sé, lo sé!”

El 11 de agosto los videntes se reunieron con los Franciscanos de la parroquia para hablar sobre la situación actual de Medjugorje. Marija nos ha dicho que efectivamente “vivimos en un tiempo de confusión y necesitamos encontrar una línea común. ¡Cualquiera sea la decisión que tome Roma, me alegraré mucho! No tenemos nada que temer porque Medjugorje tiene 3 cosas que nadie podrá quitarle: el monte Krizevac, la colina de las Apariciones y la oración. Nadie puede impedirnos orar. La Virgen ve que falta paz en el corazón del hombre y ella nos dice: “¡Oren, oren, oren. Que su vida se vuelva oración!”