El tormento del pecado del aborto en el Infierno

(Visiones de Matilde Oliva, Garagoa, Colombia) 


Vi entonces tres hornos más grandes que el primero y Satanás gritaba: Qué se haga el juicio, he trabajado bastante para darle la bienvenida a mi reino, he inventado nuevos castigos, y tormentos.


Que vengan aquí los que pudieron salvarse y no quisieron, que vengan a mí los que me sirvieron en la tierra.
Entonces vi unas mujeres, arrastradas con cadenas, llevaban cargas como mulas, eran golpeadas atrozmente y atormentadas. Les abrían sus vientres, las dejaban gritar, la despedazaban, les daban con unas cuerdas como de hierro, las insultaban, les mostraban sus hijos que ellas habían asesinado y se las amarraban a sus pechos. Ellas escuchaban el llanto y los gritos de sus hijos (¡¡¡porque me mataste mamá!!!) al grito del niño, sus pechos se desgarraban y comenzaban a sangrar, sus oídos sangraban y todo aquellos era horrible. Y pregunté al Señor: ¿Señor JESÚS quienes son esas mujeres y por qué sufren tanto? Me contestó: ”Son todas aquellas que matan a sus hijos en el aborto, sufren porque hicieron de sus vientres tumbas, y el vientre es para dar vida. El pecado del aborto le es a mi Padre muy difícil de perdonar. No basta con confesarlo, sino hay verdadero arrepentimiento. Hay que hacer mucha oración y penitencia, pidiendo misericordia a DIOS Padre como al hijo que asesinaron. Sus gritos y llantos estarán al frente del trono de DIOS y su sangre clamara desde la tierra al cielo”.

Y me dijo: ”Ore, Ore, por ellas, porque algunas están vivas y pueden arrepentirse. Pues muchas van por el camino del infierno”.
Vi al lado de ellas hombres y mujeres que sufrían iguales tormentos que ellas. Y pregunté, ¿estos quienes son, y por qué sufren iguales tormentos? El Señor me dijo: ”Son todos los cómplices del aborto, los que las ayudaron. Aquí pueden venir médicos, amigos, enfermeros, parientes, o alguna persona que escuchó que iban a abortar, y no les dijo, no lo hagas.”