El Sínodo sobre la familia: el gran engaño camuflado



Todos los que hemos seguido el Sínodo en Roma hemos visto la manipulación de la doctrina de Jesucristo, es decir, cómo algunos de los allí presentes hacían lo increíble para abrir un nuevo camino a la Iglesia, cambiando, cuando era necesario, lo que el mismo Jesucristo enseño´. Sin embargo, sólo se han salido con la suya parcialmente, pero en suficiente grado como para dejar la puerta abierta a posibles interpretaciones del magisterio, inamovibles, y que ahora ya no lo son ya que se dejan al arbitrio de las conciencias de los fieles y de los pastores. Si antes era imposible permitir que un católico recibiese la aprobación para comulgar en estado de pecado mortal, ahora puede hacerlo ya que la Iglesia, después de este Sínodo, se lo autoriza utilizando el dictamen del "fuero interno". 

Una falsa Iglesia, es verdad, porque cuando traiciona las palabras de la Palabra de Dios, el Verbo encarnado, entonces deja de ser la Iglesia de Cristo para convertirse en la Iglesia de Satanás. He aquí como algunos pastores, con la aprobación papal, han conseguido lo que parecía inaudito: aceptar el sacrilegio abierto en las casa de Dios, es decir, asentir a que Dios sea vilipendiado en sus Casas por unos ministros y unos laicos que ciertamente no son del rebaño de Cristo. Y las cosas aún empeorarán más ya que todo pecado mortal ya no necesitará ser confesado porque uno mismo juzgará si es necesario o no confesarse antes de comulgar. 

“Pero Yo a esta Iglesia la abandonaré y erigiré una nueva Iglesia que permita a mis verdaderos fieles acercarse a Mí sin temor a ser engañados por los que son del maligno. En otras palabras: destruiré a la Iglesia que sataniza Mis enseñanzas y Me apartaré de Ella, pues que no es digna de seguir existiendo bajo mi Cabeza, y de la cual me separaré en breve dejándola a su arbitrio y a un destino tremendo, el que Satanás le ha preparado como esposa adúltera de Jesucristo”.


M F