Jesús habla de la Pureza

Septiembre de 2003 Jesús a Anne, Ireland 



Hoy debemos hablar sobre la pureza. Hijos míos, la falta de pureza es un problema muy significativo en su mundo. Busco pureza y sólo la encuentro en muy contados casos. En vista de que se ha tolerado profundamente la impureza, vamos a tener que trabajar arduamente en este problema. La pureza debe ser restaurada en cada aspecto de la existencia terrena. 

Primero, hablaré de la pureza en la vestimenta. No se vistan de forma  pecaminosa. 

Vístanse como si fueran servidores Míos y buscasen Mi voluntad. Nunca será Mi voluntad que vistan ropa que provoque que se desvíen los demás. Hijos, ustedes saben a qué me refiero y quiero que lo detengan. 

La modestia debe ser restaurada. Usen con frecuencia estas palabras cuando hablen a la gente, para recordarles que la pureza y la modestia deben ser valoradas y celebradas.

También quiero hablar de la pureza del lenguaje. Deben hablar como cristianos, cuidando que su lenguaje sea digno de su alma, y del trabajo que estoy haciendo en su alma. La mayoría de las veces, el lenguaje es el método que utiliza el enemigo para difundir el contagio de la impureza. 

Usen palabras que me glorifiquen. Si usan mi nombre para maldecir, Hijos míos, me estarán ofendiendo personalmente y tendrán que enmendarse ante Mí.

Hijos, les pido que vean las formas de entretenimiento como una ofensa a la impureza. Ya no vuelvan a sentarse ociosamente, mientras que aquellos que se dicen actores me profanan. Defiéndanme. Yo soy su Dios. Quiero escuchar que griten violentamente si estoy siendo difamado, calumniado. 

Si ustedes que me conocen tan bien no me defienden, ¿quién lo hará? 

Defiéndanme cuando se les ofenda con formas de entretenimiento tales, como la música, la televisión, los escritos o el arte. No permitan que el enemigo piense que ha aniquilado totalmente el pensamiento cristiano. 

Los recompensaré más allá de su entendimiento por los esfuerzos contra el flagelo de la impureza. La juventud de su generación también está siendo envenenada de este mismo modo, y debemos revertir esta situación con firmeza ahora.

Los pensamientos impuros pueden ser más difíciles, porque muchas veces no son deseados y significan una cruz. Si se cambia el modo de vestir, el lenguaje y el deseo del entretenimiento, la cantidad de pensamientos impuros disminuirá rápidamente. Lo que enciende los pensamientos impuros es la referencia constante que se hace de ellos. 

Sin embargo, pequeños Míos, rechacen de su mente con tranquilidad los pensamientos impuros. Desvíen y distraigan la mirada de esos objetos impuros. Pidan mi ayuda y yo les ayudaré. La oración y una constante participación en los Sacramentos, les darán armas contra estos ataques a su pureza.


Quiero que comprendan que el hecho de vivir en un mundo en la situación en el que está, no se considerará como excusa válida para los compor- tamientos impuros o para inducir a otros a la impureza. Hago responsable a cada alma por acciones cometidas con conocimiento de causa. Padres, guíen a sus hijos en estos asuntos y pongan ejem- plos positivos. Hijos, obedezcan a sus padres en estos asuntos y sepan que Yo estoy con ustedes siempre. Trabajaremos en esto juntos, y juntos superaremos la impureza con un clamor dedicado y con un fin determinado. 

Yo estoy con ustedes y les mostraré exactamente lo que estoy pidiendo en este respecto. Hijos míos, quiero agradecerles, ahora y siempre por su obediencia y servicio. Cada uno de sus esfuerzos será protegido y recompensado. 

Cuando se presenten ante Mí sus pecados, voltearé la cabeza. Eso será resultado de su esfuerzo por servirme. Quédense en paz ahora y no permitan que los pecados pasados de impureza los distraiga. Todo está perdonado y mi memoria es corta cuando se trata de mis siervos.