Laico: ¿Ya evangelizas?

Toma como ejemplo a este santo

1.  LA ORACIÓN.  San Antonio Mª Claret confiaba totalmente en la oración.  El pedía por sus misiones, y pedía a todos que orasen por sus misiones, a niños, religiosas, a los laicos y enfermos, a los que sufren, en pocas palabras, pedía a todos que recen por él.  Estas oraciónes antes de salir a misionar preparaba los corazones para recibir la palabra de Dios y en efecto consechaba abundantes frutos.

2.  INSTRUCCIÓN A LOS NIÑOS.  Jesús dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de Dios.”   San Antonio dedicaba a enseñar catecismo a los niños, les enseñaba sobre el amor de Dios y les daba com premio de su asistencia estampitas, de manera que al siguiente día tanto niños como sus padres regresaban a estudiar su catecismo.  Él solía decir que con los niños se conquistan los grandes,  y con los hijos a los padres, porque los hijos son pedazos del corazón de los padres. Hoy más que nunca, estamos llamados a instruir a nuestros niños y jóvenes, porque de lo contrario, los medios de comunicación y el mundo secular lo hará llenándolos de basura. 

3.  FORMACIÓN DOCTRINAL DE LOS FIELES.  San Antonio se entregó sin descanso a la tarea de la catequesis de los adultos, ya que ellos eran los primeros y principales educadores de sus hijos.  Es “Nadie da lo que no tiene”, sin duda, una de las frases en la vida espiritual. Podría ser que desde el Concilio Vatican II, una de las faltas de la Iglesia ha sido la falta de formación de los adultos?  La competencia de un professional depende de su formación continua en cualquier ámbito professional.  ¿No deberíamos nosotros Católicos poner mayor empeño en nuestra formación en la fe, para ser “buenos católicos”?  Porque así lo hacen los doctores, abogados y maestros para dar lo mejor de si mismos en el campo labora.  Nosotros los catolicos deberíamos conocer y amar a Jesús para poder llevarlo a nuestras familias y al mundo entero.

4.  SERMONES Y HOMILIAS.  San Antonio era uno de los predicadores más famosos y eminetes del siglo XIX.  Dirijamos nuestra oración a Dios por los sacerdotes, para que con fervor apostólico contagioso, prediquen la Palabra de Dios a un mundo sediento de Dios.  Jesús dijo:  “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mt 4, 4)  El venerable Arzobispo Fulton Sheeen quien popularizó la expresión  de la "Hora Santa" - The HOUR OF POWER – decía que la HORA SANTA la clave para que la prédica del sacerdote tenga uncion, fuerza y eficacia.  Muchos sacerdotes y obispos que aceptaron este desafío, y pasan 1 hora diario ante el Sagrario, fuente y culmen de la vida espiritual, se aferran cada vez más por el amor de Jesús, y de sus labios y corazones brota el fuego del amor de Dios.

5.  LOS EJERCICIOS IGNACIANOS.  San Antonio María Claret realizó algunos estudios con los padres Jesuitas, y estaba convencido del poder y eficacia de los Ejercicios Espirituales.  Estos Ejercicios de san Ignacio de Loyola ayudarían a poner orden al desorden en la vida de muchos, muchas aprenderían el arte de la meditación y con templación, muchos lograrían la purificación de su conciencia haciendo una profunda y buena confesión sacramental. 

6.  LIBROS Y FOLLETOS SENCILLOS.  Parte del misionar y predicar de san Antonio Caret incluyó la distribución de material de lectura.  Antes de llegar al lugar a misionar, primero veía de qué carecian, ¿carecian de espiritualidad o catequésis en los mandamientos? y al llegar distribuía gratuitamente pequeños folletos para formar a la gente.   No cobraba nada por las misiones que predicaba, pero en todas partes reglaba medallas, rosarios, hojas y libros religiosos. Vivía en la más absoluta pobreza, pero regalaba libros como si fuera un millonario. ¿Cuantas almas no se han beneficiado y logrado su conversion debido a la buena lectura.  San Ignacio fue uno de ellos.  En un periodo de convalecensia le ofrecieron la vida de Cristo, y un tomo de las Vidas de los santos, los cuales leyó, y dio paso a su conversion. 

7.  NUESTROS TEMAS DE CONVERSACIÓN.  Otra forma que san Antonio enseñaba, catequizaba y evangelizaba era simplemente hablándole de Dios y de la vida espiritual a cada persona con la que se encontraba.  En cada uno veía una alma preciosa y valiosa ante Dios, y aferrado cada vez más por el amor de Jesús, luchaba por llevarle las almas.  Examine su propia vida, y vea las muchas personas con quien trata, quizas entre ellos hay algunos que están confundidos, desconcertados, tristes o ignorantes de todo en lo que concierne a Dios y la salvación de sus almas.  Como san Antonio María Claret, usted podría ser quién dirige a esa persona a la LUZ – ¡Jesús es la luz del mundo!

Cerramos esta meditación con un extracto de una de las prédicas del gran san Antonio María Claret, tomado del Oficio Divino del 24.  Nuestro anhelo es que por medio de estas palabras, todos se sientan motivados con ímpetu incontenible, fuerza dulce y ardiente amor por las almas. 





“Yo me digo a mí mismo: Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada le arredra, se goza en las privaciones, aborda los trabajos, abraza los sacrificios, se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.”

Blog del P Escoba