Graves deficiencias en vuestra vida espiritual (Jesús)

Jesús a Ottavio Michelini, sacerdote, Italia, 1976



Por lo que vengo exponiendo, ves qué graves deficiencias hay en la vida espiritual de los cristianos; por el momento me limito a ésta, pero ¡cuántas otras hay que señalar!

"Ama al Señor, tu Dios, con todo el corazón..."

Para quien ama verdaderamente a Dios, poniéndolo en el vértice de toda su vida, no hay peligro de elevar a Él oraciones que sean la expresión del orgullo y del egoísmo, como el pedir sólo el éxito de las cosas materiales, la salud, riqueza y honores. 
Si se piden solamente estas cosas, no se puede establecer ningún contacto con Dios.
Dios no entra en almas llenas de preocupaciones materiales, sedientas sólo de bienes terrenos; estas almas están envueltas por la oscuridad.

Quien ama a Dios verdaderamente, se pone en el plano justo delante de Dios buscando la gloria y el amor de Él.

Quien ama verdaderamente a Dios, busca, como primera cosa en su oración, el Reino de Dios en las almas, para su mayor Gloria;

Dios no sería Dios si no fuera fiel a sus promesas. "Pedid y se os dará, llamad y se os abrirá...".

Quien reza y queda decepcionado, lo debe al hecho de ponerse fuera del Primer Mandamiento "Yo soy el Señor Dios tuyo, no tendrás otro Dios fuera de Mí". Y porque no observa el Mandamiento fundamental: "¡Ama a Dios con todo el corazón!", su oración no es escuchada.

Se ha olvidado que Yo he enseñado a los Apóstoles y a vosotros cómo se debe rezar: "Padre nuestro que estás en el Cielo...”

Ponerse en la presencia de Dios es un elemento de primer orden en la oración. El orante se olvida de sí mismo para subir con su alma a Dios Padre que es el único Grande, el único Santo, el único Bueno.

Algunas reflexiones

Aquí entra el Mandamiento del amor como parte esencial de la oración a Dios Padre. La Paternidad divina equivale también al amor del prójimo. Decimos "Padre Nuestro" para recordarnos el amor hacia los hermanos como nosotros hijos de Dios, del mismo único Padre, del Cual ha brotado por creación nuestra vida y hacia el Cual nos dirigimos.

En Él debemos fijar nuestra mirada con confianza como el náufrago mira con confianza y esperanza a la estrella polar.

"Santificado sea tu Nombre": Debemos santificar, esto es, glorificar el santo Nombre de Dios, uniéndonos al coro de todas las voces y satisfaciendo así la finalidad de la Creación que es la glorificación de Dios.

"Venga Tu Reino": Quien verdaderamente ama se olvida de sí mismo, porque su pensamiento corre hacia la persona amada para la que quiere la felicidad.

"Hágase tu Voluntad” el buscar la realización de nuestros deseos y quereres, es anteponernos a los demás y esto es egoísmo. El anteponer a nuestra voluntad la Voluntad Divina, esto es amor.

Si el que reza, reza con estos sentimientos, y se pone en la presencia de Dios, preocupado sólo de su gloria, del advenimiento de su Reino, de la realización de su Voluntad, ve que su oración produce efectos inesperados y maravillosos. Todo le será dado y en medida sobreabundante.

¿Puede tal vez Dios, Padre infinitamente bueno, dejarse superar por sus hijos? ¡No, esto no! Por esto Él dejará caer sobre el orante una lluvia de gracias y de dones celestes. Dios nos pide a nosotros que lo amemos. 
No tolera que nosotros lo pospongamos a nuestras mezquindades humanas, porque sería ofensa e ingratitud.