Jesús: quieren que Mi misericordia admita en el Cielo a los sacrílegos y blasfemos

05 NOVIEMBRE, 2010del blog, yo, jesús os hablo


Hijos Míos, la Humanidad pecadora Me ha dado la espalda y nada quiere tener que ver con Su Redentor. Mi doctrina la toman por arcaica, desfasada, inadecuada para estos tiempos en que el pecado es hoy en día el rey de la sociedad. Y quieren que Mi misericordia admita en el Cielo a los sacrílegos y blasfemos, a los que Me odian por Mi doctrina estricta y santa. Yo, Jesús, os hablo.

No solo se conforma esta sociedad con ser pecadora sino que pretende tener un Dios también pecador, que admita en el Banquete Celestial a todos aquellos que en su vida no han querido saber nada de Mí y, pretenden sentase en Mi Mesa como los más grandes santos y, quieren que Yo abra las puertas de Mi Reino lo mismo al que vive abnegado y en los Diez Mandamientos, que al que se ha saltado todos y no ha cumplido ni uno. Yo, Jesús, os hablo.

Pero no hijos, no, Yo Soy el Impecable, el Inmutable. Nadie puede hacerme un Dios diferente del que Soy. Yo sé las circunstancias que os llevaron a pecar y se también a los que incitasteis al pecado. A Mí no Me podéis manipular, ni hacerme un Dios a vuestro gusto. Yo Soy el que Soy (Ex 3,14).  y, nada, ni nadie en el mundo, pueden hacer de Mí un Dios diferente. Podéis predicar sobre Mí conceptos engañosos, pero no podéis hacer que Yo sea como queréis vosotros, así que el que vive encenagado en el pecado y no se esfuerza por salir de el, así morirá (Eclo 3,26) porque aunque Mi gracia no le faltará ni siquiera en el ultimo momento, su oscuridad y las artimañas de Mi enemigo mortal, tratarán que muera en el pecado que es su compañero en esta vida.

Hijos, rezad muchísimo por estas almas que viven así, encenagadas en el pecado, rezad y pedidme que les de luz, porque la condenación del alma es irreversible, quien se condena ya no tiene remisión, ni una segunda oportunidad. Yo, Jesús, os hablo.

Yo amo a las almas que piden por los pecadores empedernidos, los viciosos, los que no se cansan de pecar, porque rezar por ellos es una gran obra de caridad por la repugnancia que ellos producen debido a la mala vida que llevan. Mi Madre es también Madre de ellos y les duele estas almas que pecan y pecan y pecan. Al menos hijos, que vuestros rezos sirvan de consuelo a la Madre Bondadosa y Celestial de todos vosotros. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz y Mi amor y Mi misericordia a todo aquel que lee y cree en estos mensajes. Yo, Jesús, os hablo.