La reparación: una gran obra de misericordia con Dios

23 ENERO, 2010,del blog "Yo Jesús os hablo"


Los actos reparadores que hagáis en los grupos de oración son actos cargados de gracias inmensas, no solo para vuestras almas, sino para el Cuerpo Místico de la Iglesia.

Hijos Míos, pensad que si alguien ofende a un personaje de gran dignidad y otro sale al frente para compensar o reparar esa ofensa, ese que sale al frente tiene gran mérito, pues está dispuesto a pagar incluso con su vida si fuera necesario, la deshonra que otro hizo a alguien de gran dignidad, y aunque la ofensa se hiciera a alguien de menor dignidad o reputación, quien la repara tiene un gran valor y desprendimiento de sí mismo, porque está dispuesto a arreglar lo que otro desarregló. Yo, Jesús, os hablo. 

Hijos Míos, Mi gran amor se ve claramente en Mi reparación y redención por vosotros, pues Yo Soy el Gran Reparador y reparé a Mi Padre Celestial la deuda y el pecado que la humanidad contrajo. Quien repara es otro Cristo y según la medida en que repare así serán sus méritos. Quien repara blasfemias y pecados ajenos está pagando la deshonra que otros hacen al Cielo, a Dios Altísimo, a Mi Santa Madre, a los ángeles y santos, por eso, la reparación en Mi Cuerpo Místico tiene un gran valor y méritos y aplacan la justa ira de Mi Padre contra esta humanidad perversa que peca continuamente.

Los párrocos deben incluir en su pastoral horas de reparación, que si se hacen ante el Santísimo Sacramento expuesto, al añadir también la adoración, es más valiosa y meritoria. Yo, Jesús, os hablo.

Cada bautizado debe ser reparador de los miembros del Cuerpo Místico, pero el sacerdote sino no lo es, no ha entendido para nada el alto valor de su vocación sacerdotal y ministerio. Reparad hijos, reparad tantas ofensas y blasfemias que se Nos hacen, tantas, que sube al Cielo una marea negra y un hedor insoportable, por los pecados inmensos y atroces de esta humanidad pervertida. Yo, Jesús, os hablo. 

Pedid a Mi Santo Espíritu que os dé en todas vuestras acciones espíritu de reparación, dadnos gloria con ello, porque a veces la reparación puede darnos mas gloria incluso si no hubiera habido pecado, porque las reparación es fruto del amor inmenso a Dios y del conocimiento de Su infinita dignidad y, el alma que repara quiere dar a Dios lo que por justicia le corresponde, y a la vez, es una gran obra de misericordia porque paga por las infamias ajenas sin saber ni siquiera por quien paga ni que ofensas repara, es lo mismo que si os pusieran una sanción y un desconocido la pagara por vosotros, ved que gran obra de misericordia. 

Así que hijos Míos, sed reparadores y reparadoras, que en vuestra vida religiosa la reparación y la adoración, sean partes principales de vuestro programa espiritual. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo y os bendigo por creer en estos comunicados.