Promesas a los que veneren este cuadro (María)


Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos 

Mayo 13/08 

María Santísima dice:


Mis pequeños, cómo os amo pequeños míos.
Os amo porque sois elegidos del cielo para una misión grande.
Os llamo porque sois elegidos del cielo para convulsionar la humanidad, convulsionarla en el amor, convulsionarla en la paz, convulsionarla al segundo advenimiento de mi Hijo Jesús.


Estáis viviendo albores a su segundo advenimiento. Discernid el tiempo pequeños míos, discernid cada acontecimiento, discernid cada suceso.
Mis niños queridos: no son fantasías, no es mitología, no son cuentos el Apocalipsis. El Apocalipsis es un libro de amor, el Apocalipsis es una realidad y ya vosotros estáis viviendo los tiempos apocalípticos porque, mirad, estáis en el tiempo de la tribulación. Pero no os asustéis, niñitos consentidos de mi Inmaculado Corazón.


Si sois fieles a las enseñanzas contenidas en el Libro Santo, saldréis abanderados, saldréis triunfantes, porque el enemigo no os podrá arrebatar, el enemigo no os podrá haceros daño.

¿Por qué no os podrá haceros daño? Porque Yo estoy con vosotros, en vosotros y en medio de vosotros.
Soy Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos.


Quizás a muchos se os hará extraño este nuevo nombre, a muchos quizás se os hará demasiado llamativo; quizás unos lo considerarán incongruente, otros emitirán juicios sin fundamentación teológica, juicios solamente provenientes de corazones estultos, de mentes vacías y de raciocinios huecos. Pero que no os importe, pequeñitos míos, las críticas o los comentarios que hagan acerca de este nuevo nombre que
os doy a mi Iglesia, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos.


Así deseo pequeñitos míos que se me pinte un cuadro.
Un cuadro en el cual os daré varias promesas, promesas que serán bendiciones para todos vosotros.


Mis pequeños, soy la Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos.
Maestra que llega a todos los puntos de la tierra para adoctrinaros.
Maestra que llega a todos los puntos de la tierra para enseñaros, para daros Sabiduría Divina, Sabiduría Divina caída del cielo como torrentes de lluvia de bendiciones sobre todos vosotros.


Soy Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos por Designios Divinos, designios de amor trazados para toda la humanidad. No os preguntéis, niños queridos, porque a vosotros se os ha encomendado esta misión grande en la tierra y en la Iglesia.

Fuisteis elegidos por designios de Dios porque en cada uno de vosotros se halla méritos; porque en cada uno de vosotros se halla docilidad de espíritu, porque en cada uno de vosotros se hallan condiciones, condiciones espirituales y condiciones morales para asumir la cruz, la cruz, pequeños míos, porque todo lo que proviene de Dios, todo lo que proviene del Altísimo es cruz.


Pintad, pequeñitos míos, un cuadro. Un cuadro en el que se me venere como Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos.

Tengo en mis manos las Sagradas Escrituras, niñitos consentidos, porque todos mis mensajes dados a todos los instrumentos elegidos por Dios son mensajes fundamentados en su Palabra.


La Palabra de Dios debe habitar en vuestro corazón.
La Palabra de Dios debe ser orada, meditada y practicada.
La Palabra de Dios es el manual que os da salvación, es el manual que os saca de vuestra ignorancia y os da Sabiduría Divina.

La Palabra de Dios es manjar exquisito para vuestros labios y miel dulce para vuestro corazón.


Los apóstoles de los últimos tiempos deben estar identificados en su totalidad con las Sagradas Escrituras. Deben de vivir la radicalidad del Evangelio.
Los apóstoles de los últimos tiempos deben hacer de las Sagradas Escrituras el libro predilecto para la oración y para la meditación.

Mi pequeño Agustín me puede ver sosteniendo en mis manos las Sagradas Escrituras. Me puede ver parada en una nube, con mis pies descalzos y pisando la serpiente. Pisando la serpiente, pequeños míos, porque en el final de los tiempos mi talón aplastará la cabeza de satanás.


Es que habéis de saber de que el Triunfo de mi Inmaculado Corazón está muy próximo.


Del cielo está el Espíritu Santo. De Él se desprenden ráfagas de fuego, ráfagas de luz porque los apóstoles de los últimos tiempos serán almas elegidas por Dios, ungidas en el Espíritu Santo; serán dotadas de dones y carismas dados por Él.


Los apóstoles de los últimos tiempos, espiritualmente, en su mano derecha llevan el crucifijo, el crucifico que simboliza amor a Jesús crucificado. El crucifijo que simboliza inmolación, muerte al mundo y vida para el cielo.
El crucifijo en la mano derecha significa desprendimiento de todo lo terrenal, muerte al hombre terreno para dar nacimiento a ese nuevo ser espiritual, a ese nuevo hombre llamado por Dios.


El crucifijo en la mano derecha significa amor a la cruz, pequeños míos.
En la mano izquierda, los apóstoles de los últimos tiempos llevarán mi corona, corona que los acredita como hijos de la Reina de las reinas.

Corona que los identifica como hijos predilectos de mi Inmaculado Corazón.
Niñitos queridos, los apóstoles de los últimos tiempos se identificarán por un amor grande a la Madre de Dios y Madre vuestra.

Ya sabéis vosotros que yo soy el camino seguro para llegar a Jesús.
Visten túnicas blancas simbolizando la pureza, el candor y la blancura de corazón.


Nada manchado debe haber en vosotros, apóstoles de los últimos tiempos.
Nada profano debe cohabitaros, apóstoles de los últimos tiempos.


La túnica blanca simboliza ese ofrecimiento como hostias vivas, hostias que se inmolan, hostias reparadoras para dar gloria a Cristo, a Cristo crucificado.
Los apóstoles de los últimos tiempos, espiritualmente, tienen alas plateadas, alas plateadas que significan el

volar a donde el Espíritu Santo los lleve, volar en los resplandores de su Espíritu Divino.

La Cruz, la Cruz que será pintada también en este cuadro, simboliza ruptura con el mundo, desprendimiento a todo lo trivial, a todo lo caduco, a todo lo pasajero.

Significa, cargar con la cruz de cada día con amor haciendo en todo la Voluntad Divina.

La espada de doble filo significa las palabras dadas por el Espíritu Santo a todos los apóstoles de los últimos tiempos
que penetrarán, aún, en los corazones rocosos; penetrarán, aún, en los corazones de pedernal.

Hijitos, haced pintar mi obra maestra.


Haced pintar mi cuadro. Os lo recuerdo: Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos.


No tengáis miedo, yo estoy con vosotros.
Yo os asisto. Yo os guío.


El Espíritu Santo os ilumina y derrama abundantes dones y carismas sobre todos vosotros.


Os doy las siguientes promesas a todas aquellas almas que veneren mi cuadro, que veneren mi imagen, que veneren mi nueva advocación: Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos:



1. Seréis asistidos por el Espíritu Santo para que en vosotros no entre el espíritu de la confusión y no seáis arrebatados de los caminos de Dios.


2. Todos aquellos que veneren a la Santísima Virgen María como Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos recibirán Sabiduría Divina, sabiduría que les dará un discernimiento sobrenatural para captar fácilmente las cosas que provienen del cielo y rehuir, con ligereza, a las cosas que provienen del espíritu del mal.


3. En todas las familias en donde se tenga, en un puesto
de predilección, a la Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos serán resguardadas, serán protegidas en los días de la tribulación; el pan material y el pan espiritual no les faltará. 


4. Mi Imagen bajo la advocación de Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos os guiará por los caminos rectos, por los caminos estrechos y pedregosos que os conduce al Señor, despertando amor a la cruz, amor al sufrimiento y docilidad a la Voluntad Divina.

5. Todas las almas que veneren mi cuadro bajo la advocación: Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, entenderán la Sagradas Escrituras, recibirán discernimiento y luz del Espíritu Santo para hacer de las Sagradas Escrituras el Libro de Oro en las vidas.

6. El Espíritu Santo siempre os asistirá, el Espíritu Santo siempre os guiará, el Espíritu Santo os sacará de vuestra ignorancia y os dará luces divinas.

7. Las almas que veneren mi imagen como Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos se enfervorizarán, crecerán en santidad y en espiritualidad.


8. Seréis protegidos bajos los pliegues de mi manto maternal, seréis abrigados bajo mi protección divina; el enemigo jamás podrá haceros daño, porque seréis sellados, sellados para el final de los tiempos.

9. Despertaré en vosotros amor a la ciencia de Dios, deseo de saber y conocer más de su misterio.

10. Recibiréis fuerzas divinas para que resistáis los embates y combates en los días aciagos que están por venir.


11. Si veneráis mi imagen como Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos seréis incorporados a mi Ejército Victorioso, se os proveerá de la armadura celestial para que batalléis como soldados valientes contra los engaños y astucias de satanás.

12. Vuestro trance de la muerte será dulcificado con mi presencia. Yo misma os llevaré y os presentaré ante Vuestro Padre como vuestra Maestra y a vosotros como mis discípulos.
Porque os amo sois los primeros en conocer estos misterios divinos, porque sois dóciles, sois almas privilegiadas que llego a vosotros para enseñaros, llego a vosotros para haceros

sabios, llego a vosotros para haceros mis discípulos aventajados, aventajados en Sabiduría Divina.

Así como un 13 de mayo de 1917 me aparecí y hablé a los humildes pastorcitos de Fátima, hoy os hablo a vosotros pastorcitos de mi Colombia herida; hoy os hablo a vosotros pastorcitos de una nueva Iglesia Remanente, Iglesia que es preparada, que es asistida por Mí y por el Espíritu Santo.


Ya estáis en los albores de su segundo advenimiento.

Por eso os pido que me deis a conocer como Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos.


Hoy 13 de mayo de 2008, me doy a conocer como Maestra de los Apóstoles de los últimos tiempos.


Percibid mi presencia, aspirad mi aroma pequeños míos, que estoy en medio de vosotros; no creáis que es Agustín quien os habla, soy Yo que me valgo de su pequeñez para hablaros; soy yo que os abrazo y os acerco a mi Corazón Inmaculado para prender fuego de amor en vosotros.
Os amo y os bendigo:


Ö Ö Ö. Amén.