María: la unidad no es comprometer la enseñanzas de la Iglesia



Direction for our times. 1 de Agosto, 2003 Santa Madre.
(Juan Pablo II era el Papa ese año)


Estoy preocupada por la falta de seguimiento por parte de mis hijos sacerdotes. Frecuentemente se les da dirección a través del Santo Padre (entonces Juan Pablo II), y ellos escuchan e intentan seguir las ins- trucciones, pero no lo hacen. 

Debemos adherirnos universalmente a los lineamientos y directivas del Papa. Los sacerdotes deben estar de acuerdo en ser guiados por este hombre santo; de hecho, sí están de acuerdo en ser guiados por él, pero sólo cuando se les ordena. 

Por lo tanto, ahora debemos reaplicarnos a nuestro Santo Padre a quien he escogido especialmente para este tiempo de la historia. 

Querido hijo mío: la única forma de proceder es en la unidad, pero la unidad no significa comprometer las enseñanzas de tu Santa Madre la Iglesia; unidad no significa que nos adaptemos a las enseñanzas de otras iglesias que no son guiadas por el Vicario ( JP ll) escogido por mi Hijo; al contrario, la unidad significa que establecemos los estándares y estamos firmes en nuestra convicción de que Cristo estableció su Iglesia y Él ha de guiarla y conducirla a través de estos tiempos decisivos. 

Hijo mío, realmente ya no queda ninguna batalla. La oscuridad permanece, sí, pero sólo brevemente. Dios ha decretado que el tiempo del maligno se ha terminado, y pronto Él ejercerá su dominio sobre la tierra. Lo que queda por hacer es la obra de salvación. Debemos hacer todo lo necesario para salvar almas de este basurero espiritual. 

Debes cumplir tu parte reafirmando la autoridad de la Iglesia; ya no más compromisos ni componendas: las reglas son claras. No hay necesidad ni beneficio en ampliar la discusión, y éste es el rumbo que quiero que tomes: firmeza amorosa. Todos los hijos de Dios son bienvenidos en el cielo, asumiendo la correcta postura de arrepentimiento; pero eso no quiere decir que vamos a suprimir la Iglesia que Dios decidió debía guiar a la humanidad. 

La Iglesia está por llegar al final de su pasión; ahora un Tiempo Nuevo está sobre nosotros y la Iglesia habrá de tomar el lugar que le corresponde como guía en esta nueva Era de la Obediencia, y tú deberás colaborar para que se lleve a cabo. 

Quédate en paz y medita estas palabras en la presencia de Jesús, porque es allí, en tu alma, donde recibirás tus instrucciones. Te estoy pidiendo ahora mismo que hagas un gran esfuerzo para alinear tu voluntad. Debes ser disciplinado a este respecto. 

Míralo con gran gozo, hijo mío, y complacerás a tu Madre. Muchos son llamados pero pocos escogidos, y te digo que ahora tú has sido escogido para esta obra. Quédate tranquilo. Tu Madre te bendice y te protege en tanto que organizas tus prioridades.