El engaño de la "muerte cerebral" deja a los pacientes sin Extremaunción

¿LA « MUERTE CEREBRAL » ES DE VERDAD MUERTE?  
MIEMBRO DE LA PONTIFICIA ACADEMIA POR LA VIDA. 


Mercedes Arzú Wilson  

Está probado científicamente que una persona realmente fallecida no puede proveer un corazón apto a un trasplante. Sólo una persona en vida con un corazón sano es apta para un explante. Por esta razón, la "muerte cerebral" ha sido inventada para favorecer el explante de los órganos.  
Es deplorable que miembros acreditados de las profesiones médicas y  también de la jerarquía católica y seglar consideren la muerte cerebral como muerte

.Parecería que ellos hayan sido engatusados por intereses de grupos que perderían millones si la verdad fuera revelada y la práctica suspendida gracias a la liderazgo de la Iglesia católica.  

Después todo, una Iglesia que tiene millares de hospitales bajo su influencia, representa para los partidarios del explante de los órganosun extraordinario instrumento de incremento del número de donadores.  
El objetivo de los que consideran la "muerte cerebral" muerte a todos los efectos es, conseguir el silencio de las autoridades de la Iglesia Católica frente al explante de órganos vitales de donadores en vida, sea empujar a tales autoridades a expresarse oficialmente en favor de la "muerte cerebral" comoverdadera muerte.  

Además es espantoso descubrir hasta dónde algunos miembros de las profesiones pudieran incitarse con tal de explantar órganos de aquellos pacientes con lesiones cerebrales que ellos llaman donadores cerebralmente muertos. Sin olvidar que algunos órganos son vendidos para ser trasplantados al cuerpo de otro paciente por considerables sumas de dinero.  

Hagámosles estas preguntas:  

¿- Si el donador "cerebralmente muerto" ha muerto de verdad, por que siguen alimentándolo por goteo?  
¿- Por que, a veces, se le hacen transfusiones?  
¿- Por que se suministran hormonas tiroideas y suprarrenales?  
¿- Por que necesitan la anestesia para explantar los órganos? ¿Es quizás por que la anestesista y las enfermeras se encontrarían incomodos en ver el supuesto "cadáver", que respira con la asistencia de un ventilador, moverse mientras ellos cortan el tórax del donador para retirar el corazón, el hígado o el páncreas?  

¿- Por que le suministran una sustancia paralizadora? ¿Es quizás para evitar que el donador se agite con miedo cuándo el cirujano empieza el explante de sus órganos, más allá que para alentar al preocupado equipo médico que el donador "cerebralmente muerto
" realmente ha muerto? Antes de empezar a usar drogas paralizadoras ha sido necesario convencer a algunos miembros del equipo que dudaron que el donador hubiera muerto de verdad.  
- Es curioso notar que aunque si el donador está paralizado, el latido y la tensión aumentan cuando el corazón comienza a ser extraído.  
¿- Como puede una mujer embarazada, asi dicha "cerebralmente fallecida", seguir por meses manteniendo en vida en su regazo a un niño y ser definida cadáver?  
¿- Por que estos asi dichos "cadáveres" no se descomponen por días y a veces por meses?  
¿- Como puede una mamá  "cerebralmente fallecida", después de haber 
dado a la luz a un niño vivo, produce leche materna cuándo en cambio el cirujano ha asegurado su familia que su cerebro ha muerto?  
En este último caso si se halla incluso una mínima actividad cerebral, es obvio que la tecnología existente, al estado actual, es incapaz de localizar una escondida actividad del cerebro tal como las complejas funciones de la glándula pituitaria atadas al hipotálamo, (una parte adicional del cerebro que influye en la glándula pituitaria de modo tal de devolverles en los donadores "cerebralmente muertos" aparentemente inexistentes sus funciones).  
Por ejemplo, la glándula pituitaria es a veces llamada "glándula guia" del sistema endocrino, en cuánto controla el funcionamiento de las otras glándulas endocrinas. La glándula pituitaria no es más grande que una pera y está situada a la base del cerebro. Está unida al hipotálamo, (una parte del cerebro que incide en la glándula pituitaria), por fibras nerviosas. 
La glándula pituitaria misma es constituida por tres secciones responsables de la producción de las siguientes hormonas:  

- hormona del crecimiento;  
- prolactina que estimula la producción de leche después de la concepción;  
- ACTH, (hormona adrenocorticotropico), que estimula la glándula suprarrenal;  
- TSH (hormona tiroidea) que estimula la glándula tiroidea;  
- FSH (hormona estimulante de los folículos) que estimula ovarios y testículos;  
- LH (hormona del luteina) que estimula ovarios y testículos;  
- hormona productora de la melatonina que estimula los pigmentos de la piel;  
- ADH, (hormona antidiuretico), que aumenta la reabsorción del agua en la sangre por los riñones;  
- oxitocina que permite la contracción del útero al momento del parto y estimula la producción de leche.  

¿La sociedad de los trasplantes no ignora quizás que la leche materna es el resultado de la actividad de la glándula pituitaria en el cerebro que manda las señales por la producción 
de la prolactina, cuyos niveles aumentan en vista de la producción de leche para el niño?  
Es interesante notar como esta última pregunta fue puesta, sobre pedido personal de  

Su Santidad Juan Pablo II, a los médicos favorables a a "muerte cerebral" que frecuentaron, en febrero de 2005, un congreso de la Pontificia Academia de las Ciencias.  

Ninguno negó que una madre embarazada, declarada "cerebralmente fallecida", pudiera producir leche de las mismas mamas después del nacimiento del hijo. 
Tales admisiones rajaron su seguridad que en los pacientes con conmoción cerebral no hubiera actividad del cerebro.  

Por esto es lógico concluir que si la persona denominada "cerebralmente fallecida" o que está en un "estado vegetativo" muestra tener las mismas funciones metabólicas y las 
funciones cerebrales, aunque silentes, tiene derecho a aquellas mismas curas así bien delineadas por Su Santidad Juan Pablo II en un discurso del 20 de marzo de 2004 sobre los « Tratamientos de Sostén a la Vida y sobre el Estado Vegetativo » pronunciado durante el Congreso Internacional Progresos Científicos y Dilemas Internacionales:  

« Frente a pacientes en parecidas condiciones clínicas, hay quien duda de la persistencia de la misma "calidad humana"; casi como si el adjetivo "vegetativo", cuyo empleo se ha afirmado plenamente, que describe simbólicamente un estado clínico, pudiera o tuviera que ser aplicado en cambio al enfermo en cuánto tal, actualmente tiende a deslucir de ello su valor y su dignidad personal.  

El enfermo en un estado vegetativo, en espera de curación o de fin natural, todavía tiene el derecho a las curas médicas de base, (nutrimento, hidratación, limpieza, calor), y a la prevención de complicaciones debidas a su larga permanencia en cama. Él además tiene el derecho a recibir apropiadas curas  rehabilitativas y tiene que ser monitoreado para reconocer eventuales señales de mejoría.  

Me gusta sobre todo subrayar como el suministro de comida y bebida, aunque artificialmente efectuada, siempre es dirigida a preservar la vida, no es un acto médico. Su empleo, además, puede ser considerado, al comienzo, un acto ordinario y adecuado, y en cuánto tal moralmente obligado, al menos hasta cuando ello enseña de perseguir las mismas finalidades, que consisten en nutrir al paciente y en el aliviar de ello los sufrimientos en el caso presente ».  


¿El alma no se ha separado todavía del cuerpo?  
Aquellos médicos que quieren sustentar la analogía de estas dos enfermedades, "muerte cerebral" y "estado vegetativo", tienen que demostrarlo al mundo científico. Mientras que
 no lo demuestren, la enseñanza de la Iglesia Católica seguirá protegiendo al ser humano hasta su última respiración y hasta el último latido de su corazón. Éste es, y siempre ha sido considerada, el fin natural del hombre.  

El argumento de la "muerte cerebral" es de extrema importancia por quienquiera 
respete la vida de una persona creada a imagen y semejanza de Dios. La Iglesia Católica no puede declarar a ninguno muerto hasta que no sea absolutamente cierto que el espíritu se haya separado del cuerpo. 

El Papa Juan Pablo II afirma, en las reflexiones revueltas a los participantes al congreso de la Pontificia Academia de las Ciencias del 3 de febrero de 2005 titulado Las Señales de la Muerte.  
« En el ámbito de la antropología cristiana es bien conocido que el momento de la muerte de cada persona consiste en la definitiva pérdida de la originaria unidad de alma y cuerpo. Cada ser humano, en efecto, está vivo justo hasta que él o ella es "corpore et anima unus", cuerpo y alma unidas, (Gaudium et Spes, 14), y él o ella quedan tales hasta que esta su
stancial unidad existe en su entereza ».  

Por tanto, cuando los cirujanos explantan un órgano vital de un donador cerebralmente muerto, como por ejemplo un corazón que late, están causando la muerte de un paciente viviente inocente. Esta intervención médica es una clara violación del Quinto Mandamiento. 
En un reciente comunicado a París contra la pena de muerte la Santa Sede fija la posición de la Iglesia como sigue: « la Santa Sede acoge bien y con ganas esta oportunidad y afirma 
una vez más su sostén a todas aquellas iniciativas que tienen a corazón la defensa del valor innato y la inviolabilidad de toda la vida humana, de la concepción a la muerte natural ». 

Cómo cristianos creemos que Dios nos ha donado la vida. Vivimos en vista de vivir bastante y de merecernos la mención del Paraíso. Pero sólo Dios sabe cuando nuestra vida tenga fin. Nadie, ni nosotros ni los otros, tenemos el derecho a sacarle a Dios el poder sobre la vida y sobre la muerte. 

Más bien deberíamos adoptar el aproche de Dios a la vida y vivirla más plenamente.  
Ésto es conforme a cada uno de nosotros, pero en particular a los médicos, a los enfermeros, al restante personal medico, al clero, que tiene que proteger, preservar y defender lavida, sustentando su santidad y levantando su calidad. La razón última y fundamental de la práctica de la medicina es permitir la supervivencia del paciente.  
Como dice el dott. Paul Byrne: « La sustentación de la vida humana, por el suministro de comida y agua, el nutrimento, el consuelo y el cariño respecto a un inocente, no es un ACTO médico, pero es dirigido a conseguir la misericordia y la gracia de nuestro Dios. Basta observar el ejemplo de Madre Teresa.  

La comunicación espiritual, esta Santa Comunión entre el paciente, Su hijo, y el Espíritu Santo no se ha interrumpido nunca. Este tiempo de gracia que nuestro Dios usa para hablar al corazón de cada persona, dirigiendo la invitación a Su Reino y a la vida eterna, puede convertirse en el objetivo de los que se asumen la responsabilidad de proveer curas hasta el final ».  
Acelerar la muerte con cada medio y no permitir que esta Divina cita se cumpla, que esta llamada del Espíritu Santo y el Consolador traiga paz, alegría y esperanza, es un crimen perpetrado por muchos.  ¿Por que no se logra entender que cada persona humana sobre la tierra siempre es una unidad de alma y cuerpo, de la cual el alma es esencial y predominan
te? Sólo Dios sabe cual es el momento justo para morir. ¡El cuerpo físico perece pero el alma seguirá viviendo por la eternidad, en Paraíso o al infierno! 
Nuestra responsabilidad en cuánto médicos o personal para médico, es proteger y preservar la vida de una persona y de convencer los otros, sobre todo parientes, amigos y clérigos a proteger y preservar a su vez la vida y a no provocar nunca la muerte
. ¿Cuánto todavía nos queda por vivir?  

Tanto de merecer la mención de Dios.  

Nosotros tenemos que ser sinceros en la defensa de cada vida, no sólo de "algunas vidas" de la concepción a la muerte natural.  
El mal (...) incluye (...) cualquier violación de la integridad de la persona humana como mutilaciones, torturas físicas o psicológcas y tentativas de distorsión de la voluntad ».  
Esto incluye el explante de órganos vitales individuales, que ya han sido señalados: « Los órganos vitales singularmente necesarios en el cuerpo no pueden ser explantados si no después de la muerte y del cuerpo de una persona que ha muerto indudablemente. Esta exigencia es de por si evidente, el contrario en efecto querría decir causar voluntariamente la muerte deun donador para disponer de sus órganos ».  

El mundo siempre ha confiado en la autoridad de honorables hombres y mujeres que
 creen que la vida sea un regalo de Dios. Esta responsabilidad recae en primer lugar sobre los miembros de las profesiones médicas que por siglos han adherido al Juramento de Hipócrates proveyendo una guía, una protección y una defensa de la santidad de aquella vida que han jurado de defender.  
A causa de su silencio actual, la salvaje matanza de inocentes donadores de órganos vitales individuales para alargar la vida de otra persona con la excusa de la compasión hacia el beneficiario, continua sin una oficial protesta de la profesión médica.  
Combatir por la justicia  Con la excusa de ser juiciosos y/o "prudentes", los médicos a 
menudo han obstaculizado importantes decisiones en materia de ética con resultados muchas veces desoladores para los pacientes. También un niño estaría capaz de reconocer la existencia de la vida en un paciente que respira y cual corazón continúa latiendo.  

No es necesario ser un médico para saber que hasta que las señales vitales están presentes, y la descomposición del cuerpo no ha tenido lugar, el alma
no se ha apartado todavía del cuerpo del donador. 
El engaño de la "muerte cerebral", o es sólo un negocio de millones de dólares,más tiene como resultado aquella de no permitir a las almas de participar en la Eterna Salvación. Por añadidura, siendo una representación falsa de una muerte verdadera, hace que millones de almas no reciban el Sacramento de la extremaunción de la Iglesia Católica para conseguir la salvación.