“Misericordiando” el pecado de Judas

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Francisco una vez más demuestra sus preferencias, llamando al traidor de Jesús “pobre hombre arrepentido”. Aquel que cometió el crimen más infame de la Historia es objeto del compasión del Sumo Pontífice… Esperamos que no se aplique el “dime con quien andas y te diré quién eres”.
Por increíble que parezca lo peor de Judas no era su traición, sino su malicia en rechazar la divina misericordia. Él había sido un testigo ocular de la infinita misericordia del Redentor. Había presenciado todo lo que Jesús perdonó a María Magdalena y cuanto la amaba. Había escuchado las palabras del Divino Maestro cuando decía: “Os digo que habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse” (Lc 15, 7). Si en el momento de “reconocer su crimen” su arrepentimiento de Judas hubiera sido verdadero, no habría dudado un momento en dar esta alegría a Nuestro Señor. Si lo amaba, habría querido reparar su ofensa humillándose y dejándose ser objeto de la misericordia que tantas veces viera derramada sobre otros. Sin embargo, ya acostumbrado a tener un corazón cerrado al Señor, cedió a la tentación de ultrajar a Jesús una última vez de la forma más violenta… desesperarse, no creer que el perdón podía llegar tan lejos.
¿Porque iban a tener compasión, los fariseos, de Judas? Ellos estaban felices con el negocio realizado. ¿Qué tienen ellos y su apego a las costumbres judaicas que ver en el tema de la desesperación de Judas? La pregunta más bien sería, por que Judas fue hasta ellos para demonstrar su arrepentimiento, si el ofendido era Cristo y no esos fariseos enquistados en el mal que eran sus cómplices en el crimen.
San Pedro, también era culpable de un pecado gravísimo. Pero… que diferencia entre el arrepentimiento de uno y de otro, si es que el de Judas se puede llamar así. Uno mira al Redentor y se abre a su misericordia llorando amargamente, pero sinceramente contrito. El otro huye del único que le puede dar la salvación. ¿Quién es el verdadero “hombre arrepentido”? Casi diríamos que León XIII se refiere a las palabras de Francisco al advertir que: “en estos últimos meses […] no se han avergonzado de intentar arrancar de su eterna infamia a aquel hombre que es reo del crimen y de la perfidia muy aborrecible por su suprema monstruosidad, la mayor de que haya memoria entre los hombres, al traidor de Cristo” (Encíclica Iucunda sempre expectatione, n. 16, 8 de septiembre de 1894)
Para mejor entender las palabras de Francisco, veamos la doctrina sobre la traición de Judas que la Iglesia nos ha dejado en sus 2000 años de Historia. Entra en el estudio 144 del Denzinger-Bergoglio→