Vuestra oración será más fuerte si os unís con el Cielo, el Purgatorio, la Tierra

Dios Padre a Javier Viesca, México

.

Hijitos Míos, hace tiempo os pedí que os unierais en la Comunión de los Santos cada vez que orarais, cada vez que fuerais a Misa, cada vez que hicierais, aunque fuera, una pequeña oración, pero, ésta, en unión con la Comunión de los Santos, o sea, con todos vuestros hermanos del Cielo, del Purgatorio, de la Tierra y del Universo entero; vuestra oración sería más fuerte. Os he dicho, también, que en la unión reside vuestra Fuerza, vuestra Fuerza espiritual, junto Conmigo, con vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, Mi Hija, la Virgen María, el Señor San José; pero ahora, la unión que quiero, es que, cuando, oréis, os unáis, como almas escogidas que sois, con vuestros hermanos videntes, profetas, almas de oración profunda; almas que se han dado totalmente a Mí, que Evangelizan y muchos de ellos, que, ni siquiera sabéis que están haciendo pero que llevan Mi Palabra, Mi Presencia, Mi Amor, a lugares a donde vosotros, ni siquiera imagináis que existan pero que están trabajando para Mi Reino.

Oración, la oración, os une, os fortifica, os da seguridad, os da mucha fuerza Mis pequeños; unidos, así, como os estoy pidiendo, es como venceréis a satanás más fácilmente.

Él, ciertamente, también une sus fuerzas satánicas para atacar; contra Mí no puede, pero quiere atacaros a vosotros y apartaros, para que no os unáis. No dejéis que en ningún momento, por alguna causa o por muchas causas diferentes, os pueda separar satanás.

Él os atacará, primeramente, en vuestro orgullo, para que vosotros os sintáis agredidos en lo profundo de vuestro ser. Sois soberbios y os sentís atacados y maltratados cuando tocan vuestro ser y vuestras capacidades y esto lo sabe perfectamente satanás, porque es un punto débil, en el que vosotros, Mis hijos, caéis fácilmente. Os gusta sobresalir, estar por encima de todos, y cuando os tocan en ése punto, en donde os disminuyen, que os hacen bajar del pedestal en donde que os habíais colocado, caéis en el pecado por la soberbia y, en ése momento, perdéis.

Por eso, tantas veces, en la Predicación de Mi Hijo, os pidió humildad. Si vosotros vivís en humildad, vivís ayudándoos los unos a los otros a crecer espiritualmente. Si os ataca satanás, y sois humildes, no os podrá vencer poniéndoos trampas para acrecentar vuestra soberbia, para elevar vuestro orgullo y vuestra personalidad, en lo que os imagináis que podéis ser.

Yo quiero almas pequeñas, almas sencillas, almas humildes, almas donadas, almas, que si reciben un ataque, afectando su orgullo, no se conmuevan, no les afecte, porque vivís en la pequeñez, vivís en la humildad, y esto quiere decir que primero Soy Yo en vuestra vida, antes que vosotros.

Cuando Me dais el primer lugar en vuestra vida, ya vosotros no os estáis sintiendo grandes ni poderosos, os estáis sintiendo como sois, Mis pequeños siervos, Mis hijos, Mis ayudantes, que, ciertamente, es una posición grande, porque Me estáis sirviendo a Mí, vuestro Dios, pero ya estáis en segundo lugar, el lugar que os corresponde, que, para Mí, es primer lugar, porque sois Mis hijos, porque estáis haciendo bien vuestra tarea, porque Me estáis llevando a vuestros hermanos, porque estáis gozando con llevar a cabo vuestra misión.

Si os ponéis siempre en ésa posición, de hijos Míos, de Mis servidores, de Mis ayudantes, difícilmente satanás os podrá hacer caer en un ataque de soberbia. Manteneos humildes y así viviréis tranquilos, como niños, como lo que debéis ser: Mis pequeñitos ayudantes en la salvación de las almas, los corredentores que sois, que para ello que fuisteis llamados. Os amo, Mis pequeñitos, manteneos sencillos, muy sencillos.