El divorcio: unos de los pecados que merece más Purgatorio

De la entrevista a María Simma por Nicky Eltz 



Satanás está muy frustrado conmigo. Durante un exorcismo, creo que fue en Frankfurt, el sacerdote que estaba presente le preguntó a la voz que salía del hombre poseído: "¿También atacas a María Simma en Vorarlberg?". La voz contestó: "No, porque cuando lo intento, pierdo demasiadas almas".

—Mmm... ¿Qué más le hizo?

—Bueno...

—¿Qué sucede, María?

—Una vez hubo un plan serio para asesinarme.

—¡¿Cómo?! ¿Podría contarme más sobre eso?

—Habían programado que diera una serie de conferencias durante un fin de semana en el norte de Alemania en la primavera de 1974 y se suponía que partiría, como de costumbre, un viernes. Pero unas noches antes, un alma se me apareció y me dijo: "No haga este viaje". Esto me sorprendió mucho porque años atrás me habían dicho que aceptara todas las invitaciones que se me hicieran.
Primero pensé que se trataba de una huelga de trenes, así que estuve atenta a la radio y los trenes funcionaban normalmente. Hablé con el sacerdote que me dijo que si las almas me decían que no fuera debía confiar en ellas porque seguramente tenían una buena razón. Envié una carta por correo urgente a quien organizaba las charlas y les transmití que las almas me habían dicho que me quedara en casa durante ese fin de semana.

Dos días más tarde, otra alma se me apareció y me dijo que se había estado organizando un asesinato. Debería haber sucedido en Colonia, porque el viaje, desde aquí, en Bludenz, hasta llegar a Colonia, iba a ser en un tren con coches cama, y en Colonia debía cambiar de tren a altas horas de la madrugada. Recordé por viajes anteriores que en aquella estación hay pasillos largos y oscuros que hubiera tenido que recorrer y que siempre consideré peligrosos. También había enviado con anticipación una carta a los organizadores informándoles en qué tren y a qué hora podían esperarme. La carta, sin embargo, nunca les llegó y cayó en manos equivocadas. El día que debería haber tenido mi primera charla, vino un alma y me dijo que habían sido tres los involucrados en este plan y que se habían enterado del motivo por el cual no había viajado.

Verá, las charlas no se cancelaron, simplemente me reemplazaron por casetes para que la gente no quedara tan desilusionada. Por lo tanto, todo transcurrió como se había planeado anteriormente y las tres personas que planeaban atentar contra mi vida asistieron de todas formas a la conferencia como oyentes, y debido a esto dos de ellos se convirtieron. También descubrí que habían logrado llevar a cabo asesinatos anteriores que nunca se resolvieron. ¿No son geniales las almas? Salvaron una vida y convirtieron a dos personas perdidas sin haber nombrado, juzgado o acusado jamás a alguien de algo. Ese es nuestro deber cristiano.

—Si Dios perdona a los asesinos, ¿cuáles son, entonces, los pecados que nos hacen estar más tiempo en el purgatorio?

—Todos los pecados pueden ser perdonados excepto blasfemar contra el Espíritu Santo, pero los pecados que nos retienen un mayor tiempo sufriendo en el purgatorio son los pecados contra el amor: la hostilidad, la dureza de corazón y el divorcio. También la ausencia de una fe activa, cuando uno simplemente no desea creer y actúa en contra. Y la inmoralidad. En el pasado, la falta de fe era lo que requería más sufrimiento en el purgatorio, pero en la actualidad es la inmoralidad.

—Cuando una casa está, por decirlo así, embrujada ¿cómo sabemos si se trata de las almas del purgatorio o de algo demoníaco?

—Si se puede verificar que de alguna forma el hecho está relacionado con alguien que vivió allí anteriormente, se trata de un alma del purgatorio pidiendo oraciones. Sin embargo, si es algo realmente malo, violento, oscuro o incluso de mal olor, debe hacerse un exorcismo a ese lugar o en ese lugar. En ambos casos debe llevarse agua bendita para espantar a cualquier demonio. Si el fenómeno aún continúa se trata seguramente de un alma del purgatorio que necesita una misa, oraciones y buenas obras para avanzar en su camino.

—¿Puede Satanás atacarnos en el momento de la muerte?

—Sí, en algunos casos lo hace, pero también recibimos la gracia para resistirlo. Si un hombre no desea dejarlo entrar, entonces Satanás no puede hacer nada.

—¿Es entonces un pecado la a desesperanza?

—Sí, puede serlo, si alguien no tiene esperanza o confianza en absoluto. Verá, Dios siempre desea darnos esperanza, pero aceptarla queda de nuestra parte.

—Al principio, usted me dijo que las almas de los niveles más altos del purgatorio no pueden ser atacadas nunca más por Satanás. Sin embargo, aun los más santos de los que se encuentran con nosotros continúan siendo tentados hasta el momento de su muerte. ¿Podría explicar esto con más detalle?

—Una vez que la luz borra las manchas del pecado en las almas que se encuentran en el purgatorio, debido a su sufrimiento y a nuestras buenas obras por ellas, las tinieblas no pueden volver nunca más. La luz siempre vence sobre toda oscuridad en el purgatorio, mientras que aquí en la tierra la luz también puede ser derrotada por la oscuridad. Satanás hace uso de las manchas más pequeñas con el fin de que caigamos nuevamente en la oscuridad. El tamaño de las manchas está en relación con las gracias que recibimos de Dios, y los santos por supuesto han recibido inmensas gracias.

—Satanás parece tan poderoso a veces que hay quien podría preguntarse qué diferencia hay entre Satanás y Dios.

—Comprendo. Cada uno de nosotros puede elegir en cada momento ser un representante de Satanás o un representante de Dios. Debemos llamar y alcanzar a Dios en todo lo que hacemos. Y podemos hacer mucho para asegurarnos de que Satanás no nos alcance. Dios conoce nuestros pensamientos, Satanás no, excepto aquellos que él mismo puso en nuestras mentes. El diablo consigue mucho de su poder al escuchar nuestras palabras y observar nuestros actos; luego ataca
aquellas debilidades que ha descubierto en base a lo que ha escuchado y observado. El silencio siempre nos hace bien. Uno de los deseos de Dios es que nos mantengamos siempre conscientes de nuestra condición de pecadores y, por lo tanto, permanezcamos humildes y en silencio. 

Y sucede que cuando nos damos cuenta de la grandeza del silencio rápidamente comenzamos a escuchar a Dios. El silencio a solas con Dios es una excelente oración.
Solo la confesión impide a Satanás el conocimiento de nuestros pecados. Si durante un exorcismo una de las personas presentes tiene pecados no confesados, aquellas voces generalmente lo acusarán y lo harán correctamente, para vergüenza de todos. Sin embargo, si la persona se encuentra en estado de gracia, los demonios nunca podrán decir nada. Es correcto decir que somos nosotros quienes le damos derechos a Satanás. Dios es humilde, silencioso y bueno. Satanás es orgulloso, ruidoso y cruel. Tenemos que recordar siempre que fuimos hechos a imagen de Dios; por eso, consciente y constantemente debemos luchar para ser lo que Él quiere que seamos, junto a Él.


Una de las grandes mentiras de la época en la que vivimos es que Satanás no existe. Incluso hay sacerdotes que lo sostienen todavía, y otros dicen que las posesiones en la Biblia son solo enfermedades del cuerpo o de la mente, hoy en día reconocidas. Entonces se pueden estudiar, analizar, nombrar y controlar esos síntomas y ¡bingo! ¿ya no son obra de Satanás? ¡Qué ingenuos, superficiales, estúpidos y arrogantes pueden llegar a ser! Satanás se ríe tontamente, y nuevamente se llenan las camas de los hospitales. Llevemos sacerdotes santos, laicos santos y expertos, y observaremos simplemente cómo se libran de esos síntomas mil veces estudiados. Satanás gana cuando divide. Dios nos guía hacia la unidad en paz y libertad.

—María, ¿cuáles son las principales vías de entrada de Satanás en la sociedad occidental que pueden ser prácticamente desconocidas para muchos?

—Satanás se encuentra en todas partes hoy en día: en la Iglesia, en el derecho, en la medicina, en la ciencia, en los medios de comunicación y en el arte. Pero existe un lugar desde el que maneja la mayor parte del show: los bancos. Es la codicia de esta sociedad occidental lo que lo ha permitido y el único lo suficientemente poderoso para parar esto es Dios.

—Anteriormente me dijo que los animales también necesitan de nuestras oraciones. ¿Hay algún animal al que Satanás odie más que a otro?

—Sí, a los perros, pues ellos son, como ya hemos dicho antes, "los mejores amigos del hombre" desde siempre. Pero Satanás odia a toda criatura que se encuentre cerca de nuestro corazón. Es odio puro e intentará todo lo que pueda para separarnos de lo que nos dé calidez, apoyo o protección, y los animales, al igual que el resto de la creación, son un gran regalo de Dios.

—Si Satanás odia tanto que recemos, ¿cómo intenta que nos apartemos de la oración?

—Para mantenernos alejados de la oración utiliza nuestro orgullo. Una persona que nunca ha rezado y no sabe nada de la oración se sentirá insultada si alguien le dice: "Rezaré por ti". Son personas engañadas para creer que están bien y, por lo tanto, que no necesitan de la oración de nadie. Esto es un engaño y una gran mentira. No existe ninguna persona en la Tierra que no tenga necesidad de la intercesión de los demás. La oración las acerca a Dios aun incluso sin que ellas mismas lo sepan. El poder de la oración es enorme, y rezar es el mejor gesto que podemos hacer por otra persona.

—Estamos los dos cansados, María. ¿Hay algo que pueda hacer por usted teniendo en cuenta que he venido en coche?

—Sí, yo también estoy cansada. Sería bueno salir fuera, hace sol. Pero no, creo que no necesito ayuda.

—¿Está segura? ¿Qué le parece ir a la tienda o a correos?


—Bueno, quizá. Tengo algo que devolver a la tienda. Le agradecería mucho si pudiéramos ir allí.

—Por supuesto, y yo dejaré todo esto por aquí hasta que continuemos mañana.