3 "vicios" matutinos que te perjudican





Vicio 1: Controlar el correo electrónico y las redes sociales
El smartphone ha favorecido esta actitud que en realidad tiene poco de smart (inteligente): apenas os despertáis controláis el e-mail, Whatsapp, Facebook, Twitter u otras redes sociales en las que participáis,
¿Cuál es el problema de este vicio? Sencillo: comenzáis a conectaros a la vida de los demás y a los temas de trabajo antes de conectaros con vosotros mismos.

Permitís que la inundación de cosas externas marque el inicio de vuestra jornada, convirtiéndola en un flujo sin dirección, antes de ser el protagonista consciente que comienza la jornada serenamente, con una oración de agradecimiento o de ofrecimiento, cuidando la higiene y el aspecto personal, saludando con una sonrisa o con un beso a vuestra familia, haciendo un desayuno saludable y preparándoos para una jornada de trabajo productiva y constructiva.

Vicio 2: Leer o mirar una noticia negativa
Lo sabéis. Los medios de comunicación dan siempre la prioridad a lo que
causa sensación. Y esto en un mundo como el nuestro es todo lo que destruye: desgracias, tragedias, crisis, problemas, divisiones, peligros, amenazas…
Claramente es necesario ser consciente de los problemas del mundo (en la medida en la que sirve para ayudar a resolverlos y no solo para lamentarse), pero el inicio de la jornada no es el momento más adecuado para esto.

Las malas noticias solo estimulan la rabia y el miedo, y estos estimulan la liberación de cortisol, que es la hormona del estrés.
Y entre las distintas cosas que no necesitáis al principio del día es seguramente esta dosis evitable de cortisol. Respetad la serenidad y la armonía al principio de vuestra jornada.

Vicio 3: Preocuparse de los encargos de los demás
Apenas ha comenzado el día y ya os estáis “pre-ocupando”: preocuparse es ocuparse anticipadamente y anticipar mentalmente un río de cuestiones de las que no os podéis ocupar realmente en ese momento.
Esto quiere decir que se genera ya ansia desde las primeras horas de la jornada. La preocupación es esto: “pre-ocupación”, anticipación de lo que en ese momento no podéis hacer.


Al comienzo de un nuevo día deberíais aprovisionaros de serenidad; hay un momento para cada cosa y en cada momento hay que hacer lo que toca. 

Aprended a vivir el momento presente. Si en el desayuno ya estás pensando o hablando en lo que tienes que hacer en el trabajo, ni estás trabajando en ese momento ni estás haciendo un desayuno saludable. 

ALETEIA