Del Diario de sta Faustina



1291
(41) 21 IX.  Esta noche, al despertarme varias veces he agradecido a Dios brevemente, pero de todo corazón, por todas las gracias concedidas a mí y a nuestra Congregación; he reflexionado sobre su gran bondad.

1292
Al recibir la Santa Comunión le dije:  Jesús, esta noche he pensado tantas veces en Ti, y Jesús me contesto:  
Y Yo también he pensado en ti antes de llamarte a la existencia.  
Jesús, ¿de qué modo pensaste en mi?  
En el modo de admitirte a Mi eterna felicidad.  
Después de estas palabras el amor de Dios ha inundado mi alma; no terminaba de asombrarme de cuánto Dios nos ama.

1293
Cuando he caído nuevamente en el mismo error a pesar del propósito sincero de evitarlo, aunque esta caída era una pequeña imperfección y mas bien involuntaria, no obstante sentí en el alma un dolor tan vivo que interrumpí mi trabajo y (42) fui por un momento a la capilla, y caí a los pies de Jesús; con amor y con gran dolor pedí perdón al Señor, tanto mas avergonzada que por la mañana, hablando con Él después de la Santa Comunión le prometí fidelidad.  

De repente escuché estas palabras:  

Si no hubiera sucedido esta pequeña imperfección no habrías venido a Mí.  Has de saber que cada vez que vienes a Mí humillándote y pidiendo perdón, Yo derramo sobre tu alma una inmensidad de gracias y tu imperfección desaparece ante Mí y veo solamente tu amor y tu humildad.  No pierdes nada, sino que ganas mucho…..

1294
El Señor me ha enseñado que si un alma no acepta las gracias que le han sido destinadas, en ese mismo momento las recibe otra alma.  Oh Jesús mío, hazme digna de recibir las gracias, porque por mi misma no puedo hacer nada, sin Tu ayuda no soy capaz ni siquiera de pronunciar dignamente Tu nombre.