De Kesel: un cardenal apóstata elegido por Bergoglio


Quién es Jozef De Kesel?

Almudena Martínez-Bordiú

Cardenal. Arzobispo de Malinas-Burselas.


El nuevo cardenal electo ha ido siempre de la mano de la polémica debido, principalmente, a sus declaraciones -muchas veces contradictorias- que evidencian su liderazgo dentro del ala más liberal de la Iglesia belga.

A sus 69 años, el arzobispo de Malinas-Bruselas, Jozef De Kesel, ha sido uno de los escogidos por el Papa Francisco para ser nombrado cardenal el reciente 19 de noviembre.
Kesel nació el 17 de junio de 1947 en la ciudad belga de Gante, capital de la provincia de Flandes Oriental en la Región Flamenca. Creció en Adegem, a mitad de camino entre Gante y Brujas. Su padre era el alcalde de la ciudad, y su tío, Leo-Karel De Kesel, fue obispo auxiliar de Gante durante casi tres décadas. Se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad Católica de Lovaina y desde 1968 hasta 1972 estudió teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, obteniendo su doctorado en 1977.
Larga experiencia como docente 
Jozef De Kesel recibió la ordenación sacerdotal el 26 de agosto de 1972 de la mano de la diócesis de Gante, donde desarrolló una gran actividad docente. Kesel fue profesor de Religión en el Colegio de los Obispos Eklo desde 1974 hasta 1980. También fue profesor de Religión, Antropología Filosófica y pensamiento contemporáneo en la Escuela Social de Ghent (1977-1980).
Asimismo, impartió clases de teología fundamental y de teología dogmática en el seminario de Gante, al mismo tiempo que ejerció como docente de teología en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas en Gante, donde también fue decano. Fue a su vez profesor de cristología en la Universidad Católica de Lovaina hasta 1992, responsable de la formación de agentes de pastoral y vicario episcopal para la formación teológica y pastoral en la diócesis de Gante desde 1992 hasta 2002.
Posteriormente, el 20 de marzo de 2002, el Papa Juan Pablo II le nombró Obispo titular de Bulna y auxiliar de Malinas-Bruselas. En la Conferencia Episcopal fue responsable de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE).
En julio de 2010 fue nombrado obispo de Brujas tras la renuncia de Roger Vangheluwe -que dimitió de su cargo el 24 de abril de ese mismo año después de que su sobrino lo denunciara por abuso sexual-  y, cinco años más tarde, el 6 de noviembre de 2015, el Papa Francisco le nombró sucesor de André-Joseph Léonard-quien presentó su dimisión al cumplir setenta y cinco años- y pasó a estar al frente del arzobispado de Malinas-Bruselas además de ser nombrado primado de Bélgica.
Jozef De Kesel, arzobispo de Malinas-Burselas
Escoltado por la polémica
Cabe señalar que el nuevo cardenal electo ha ido siempre de la mano de la polémica debido, principalmente, a sus declaraciones -muchas veces contradictorias- que evidencian su liderazgo dentro del ala más liberal de la Iglesia belga. Una postura quizá “extremadamente tolerante” frente a la Doctrina de la Iglesia Católica, amparada por declaraciones y propuestas desacertadas.
En septiembre de 2010, apenas dos meses después de su nombramiento como arzobispo, De Kesel cuestionó el celibato clerical e instó a la Iglesia a “preguntarse la cuestión de si es adecuado mantener el carácter obligatorio del celibato”.
“Podríamos decir que hay sacerdotes célibes, pero las personas para quienes el celibato es humanamente imposible deben también tener la oportunidad de ser sacerdotes”, concluyó el futuro cardenal. Dos años más tarde, De Kesel defendía que esta debería ser “una decisión que la Iglesia tendría que tomar en conjunto”.
Asimismo, el arzobispo de Bruselas se  proclamó  defensor de la ordenación de mujeres sacerdotes dentro de la Iglesia católica, y en 2012 aseguró que la Iglesia “no tiene capacidad para concederles el ministerio sacerdotal’.
A pesar de sus controvertidas afirmaciones que le sitúan dentro del sector más progresista y liberal de la iglesia belga, el arzobispo señaló en 2013  que “modernizar la Iglesia no hará que la gente vuelva a ella” y añadió que “tampoco solucionará nuestros problemas el que haya mayor número de sacerdotes. La cuestión es mucho más profunda. Hacer que los laicos ocupen tantos puestos eclesiásticos como sea posible, o permitir que los curas se casen, significa permanecer ciego ante los problemas auténticos de la Iglesia”
“La Iglesia no debe ser una dictadura, pero tampoco debe degenerar en una institución indiferente que reniega de sus propios valores y de sus opiniones”, concluyó.
¿Combate realmente los abusos sexuales? 
Como se ha explicado con anterioridad, De Kesel fue nombrado sucesor de Roger Vangheluwe como obispo de Brujas. “No hubo penetración. Fue sin malicia”, dijo Vangheluwe tras confesar que había abusado sexualmente de dos de sus sobrinos en los años sesenta.
“No entiendo ni yo mismo cómo pudo ir tan lejos. Sabía que lo que estaba haciendo no era bueno…creo que no tenía nada que ver con la sexualidad. Había bastante intimidad entre nosotros y sí hubo tocamientos de los miembros viriles, pero nunca hubo sexo violento”, explicó el religioso.
El papa Benedicto XVI, quien aceptó la dimisión del religioso, le exigió que siguiera una estricta “cura espiritual y psiquiátrica” para superar su problema. Tras esta polémica, Jozef De Kesel llegó al frente del obispado como una bocanada de aire fresco, que prometía acabar con los abusos dentro de su iglesia. Sin embargo, no todo salió como se esperaba debido a su falta de juicio.
En octubre de 2014, reasignó a un sacerdote que había sido condenado por abusar de un adolescente, asegurando que el religioso “merecía una segunda oportunidad”. Sin embargo, la indignación del pueblo y de los medios belgas provocaron que el propio obispo se retractara y cancelara el nombramiento.
De Kesel y Bonny
obispo-amberesAdemás de defender la ordenación sacerdotal para mujeres y cuestionar el celibato clerical, el cardenal electo se ha mostrado siempre -como era de esperar- del lado del colectivo gay. En una entrevista tras su nombramiento, De Kesel señaló que tenía “mucho respeto por los homosexuales,” incluyendo “la manera de vivir su sexualidad”. Cabe recordar que que siendo obispo auxiliar de Bruselas apoyó la celebración del Orgullo gay belga.
Algunos medios han sugerido que su etapa como arzobispo allana el camino para que el obispo de Amberes, Johan Bonny, le suceda y lleve a cabo los “verdaderos cambios” en la archidiócesis.
En diciembre de 2014, el diario flamenco De Morgen publicaba una entrevista con el obispo de Amberes, Johan Bonny, en la que el prelado defendía ser partidario del reconocimiento por parte de la Iglesia católica de las relaciones homosexuales y bisexuales.
En su último libro ‘Église et famille: ce qui pourrait changer‘ (Iglesia y la Familia: esto podría cambiar) -que se publicará el próximo 11 de octubre- el obispo de Amberes sugiere que las parejas de homosexuales, divorciados y católicos vueltos a casar y las parejas que vivan sin haberse casado, deben recibir “algún tipo de bendición en la Iglesia”. Para ello propone una “diversidad de rituales” que reconozcan la “exclusividad y estabilidad de la relación”.
En su libro, donde cuenta sus conversaciones con el teólogo Roger Burgraeve (gran defensor de la homosexualidad) y con el periodista Ilse Van Halst, el prelado de Amberes defiende que “no podemos seguir afirmando que no hay otras formas de amor aparte del matrimonio heterosexual. Nos encontramos con el mismo amor en un hombre y una mujer que conviven juntos, así como en parejas de gays y de lesbianas”. El obispo también defiende que cualquier “tipo de relación de amor” puede tener la intención de ser “exclusiva y duradera”, por lo que también “merece reconocimiento”.
“¿Hay que tratar de forzar todo en un único e idéntico modelo? ¿No debemos evolucionar hacia una diversidad de rituales en los que podemos reconocer la relación de amor entre homosexuales, incluso desde el punto de vista de la Iglesia y de la fe?”, sugiere el obispo Johan Bonny.
El protegido de Daneels
El arzobispo y futuro cardenal Jozef de Kesel ha estado siempre protegido por el arzobispo emérito de Bruselas, Godfried Danneels, el mismo que en la presentación de su biografía autorizada reconoce que él y otros cardenales unidos por el deseo de ‘modernizar’ la Iglesia formaron una “mafia” para influir en las elecciones de los papas.
Daneels ha sido uno de los cardenales europeos más influyentes de los últimos años. Entre 1979 y 2010, fue presidente de la conferencia episcopal belga y arzobispo de Malinas-Bruselas. En 2010, Benedicto XVI aceptó su renuncia.
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Danneels presentó en Bruselas una biografía suya autorizada y reconoció, como se explica en el libro, la existencia de un grupo de cardenales centroeuropeos que desde 1996 se confabularon para controlar la sucesión de Juan Pablo II e impedir que accediera a la silla de Pedro el cardenal Joseph Ratzinger.
Los miembros de lo que Danneels define en el vídeo como “mafia”, aunque también recibía el nombre piadoso de Grupo de Saint-Gall/Sankt Gallen por la abadía suiza en que celebraba sus reuniones, eran, aparte de él, que se incorporó en 1999, el cardenal arzobispo de Milán, Carlo Mario Martini (fallecido en 2012) y su compatriota Achille Silvestrini, los cardenales alemanes Walter Kaspers y Karl Lehman, el británico Basil Hume (fallecido en 1999) y el obispo holandés Adriaan Van Luyn.
El objetivo de la “mafia” de Saint Gall era ‘modernizar’ la Iglesia católica para adaptarla a los tiempos de hoy, lo que implica modificar la doctrina sobre el aborto y la ideología de género.
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Sobre los divorciados vueltos a casar
“Que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar por misericordia es algo condescendente”. Fueron las palabras del arzobispo tras el Sínodo pasado.
Kesel se unió al resto de prelados a favor de que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar: “La Iglesia debería ser más relevante por la sociedad. El Sínodo no ha llegado lo suficientemente lejos y quizá no ha logrado los resultados que se esperaban, como permitir a los católicos divorciados vueltos a casar reciban la comunión”, sentenció el futuro cardenal.