Vengo a descansar en ti: ¡Soy tan poco amado de los hombres!
¡Siempre buscando amor, no encuentro más que ingratitud! ¡Qué pocas son las almas que me aman de verdad!
Quiero que estés dispuesta a consolar mi Corazón siempre que te lo pida, pues el consuelo que me da un alma fiel compensa la amargura de que me colman las almas frías e indiferentes. A veces sentirás la angustia de mi Corazón en el tuyo, pero de este modo me aliviarás. No temas; Yo estoy contigo. Cuando te dejo tan fría, tomo tu ardor para calentar otras almas. Cuando te hago sentir tanta angustia es para no descargar mi cólera sobre las almas… Cuando estás insensible y me dices que me amas, es cuando más consuelas mi Corazón. Un solo acto de amor, cuando té sientas desamparada, repara muchas ingratitudes de otras almas. Mi Corazón los cuenta y los recibe como bálsamo precioso. Quiero que me des almas. Y para ello no te pido más que amor en todos tus actos. Hazlo todo por amor: sufre por amor, trabaja por amor, sobre todo, abandónate al amor.
Cuando te hago sentir angustia y soledad, recíbelo por amor. Quiero valerme de ti como una persona cansada se sirve de un báculo para apoyarse. Quiero poseerte, rodearte, consumirte toda.
Escucha esta palabra: el oro se purifica en el fuego, así tu alma se purifica y fortalece en la tribulación y el tiempo de la tentación es de gran provecho para ti y para otras almas. Entra en mi Corazón y estudia el celo que lo devora por la gloria de mi Padre. No temas sufrir si con el sufrimiento, en algún modo, puedes aumentar mi gloria y salvar almas. ¡Valen tanto las almas!… Por un alma hay que sufrir mucho. ¿No sabes que la Cruz y Yo somos inseparables?
Escucha esta palabra: el oro se purifica en el fuego, así tu alma se purifica y fortalece en la tribulación y el tiempo de la tentación es de gran provecho para ti y para otras almas. Entra en mi Corazón y estudia el celo que lo devora por la gloria de mi Padre. No temas sufrir si con el sufrimiento, en algún modo, puedes aumentar mi gloria y salvar almas. ¡Valen tanto las almas!… Por un alma hay que sufrir mucho. ¿No sabes que la Cruz y Yo somos inseparables?
Si me ves a Mí verás la Cruz, y cuando encuentres mi Cruz me encontrarás a Mí.
El alma que me ama, ama la Cruz, y el que ama la Cruz, me ama a Mí. Nadie poseerá la vida eterna sin amar la Cruz y abrazarla de buena voluntad por mi amor. El camino de la virtud y de la santidad se compone de abnegación y de sufrimiento; el alma que generosamente acepta y abraza la Cruz, camina guiada por la verdadera luz y sigue la senda recta y segura, sin temor de resbalar en las pendientes, porque no las hay… La Cruz es la puerta de la verdadera vida y el alma que la acepta y la ama tal cual Yo se la he dado, entrará por ella en los resplandores de le vida eterna. ¿Comprendes ahora cuán preciosa es mi Cruz? No la temas… Soy Yo quien te la doy y no te dejaré sin las fuerzas necesarias para llevarla. ¿No ves cómo la llevé Yo por tu amor? Llévala tú con amor por Mí.
El alma que me ama, ama la Cruz, y el que ama la Cruz, me ama a Mí. Nadie poseerá la vida eterna sin amar la Cruz y abrazarla de buena voluntad por mi amor. El camino de la virtud y de la santidad se compone de abnegación y de sufrimiento; el alma que generosamente acepta y abraza la Cruz, camina guiada por la verdadera luz y sigue la senda recta y segura, sin temor de resbalar en las pendientes, porque no las hay… La Cruz es la puerta de la verdadera vida y el alma que la acepta y la ama tal cual Yo se la he dado, entrará por ella en los resplandores de le vida eterna. ¿Comprendes ahora cuán preciosa es mi Cruz? No la temas… Soy Yo quien te la doy y no te dejaré sin las fuerzas necesarias para llevarla. ¿No ves cómo la llevé Yo por tu amor? Llévala tú con amor por Mí.