Müller y Bergoglio, ¿qué juego se traen entre manos?


Ya es altamente preocupante que, mientras Müller defiende la ortodoxia (los recasados sin anulación no pueden comulgar), Francisco diera su visto bueno a lo contrario, por carta, a los obispos de Buenos Aires, permitiera que en el periódico oficial del Vaticano se publicaran las atrevidas directrices de Malta (comulgue el que quiera si se siente en paz con Dios en su conciencia), o a Coccopalmerio decir y publicar un libro en el mismo sentido, o que las Filipinas dejaran a los divorciados vueltos a casar acceder a la comunión, así como a algunas diócesis de Alemania, EEUU, Italia y la semana pasada, Bélgica.

¿Qué está pasando? 
¿Por qué la ortodoxia se abre paso sólo entre las filas de los fieles a la doctrina magisterial? ¿Es que los que trabajan por la modernización de la Iglesia están ahora mostrando sus verdaderas caras, ya sin disimulo pues que Francisco es uno de los suyos y lo pueden hacer abiertamente sin sufrir represalias? ¿Por qué entonces Müller, el responsable de la pureza de la Fe, contradice a los heréticos afirmando que la comunión para los adúlteros no es posible? Pero también, ¿por qué no corrige a Bergoglio? La fe está siendo violada por no pocas de sus afirmaciones aquí y allá, enterrada entre la abundante verborrea de sus homilías, discursos, entrevistas y publicaciones.

Yo creo que es un plan trazado astutamente: mientras los infieles proclaman y expanden la herejía, los que dicen ser fieles no lo son, puesto que algunos de ellos falsamente proclaman la ortodoxia. Y, ¿para qué?, pues para que los católicos que siguen las enseñanzas bimilenarias de la Iglesia no se sientan tan defraudados que comiencen a levantarse y agredir masivamente con sus voces rectas la hipocresía del que está sentado en la sede de Pedro. Aunque ya muchas iniciativas y conferencias se han desarrollado desde Amoris Laetitia, no han sido tan numerosas como para tumbar el documento "papal"

Después de la retirada de los 4 cardenales de la Dubia, está en manos de los laicos la defensa de la causa de Dios, -vilipendiado por sus sacerdotes, obispos, cardenales y el mismo "Papa", que trabajan en el lado de Satanás-, que con una hipocresía diabólica dan el Pan del Cielo a los deformes espirituales atados con las cadenas del Infierno. Hoy son los adúlteros, mañana, cualquier pecador. 

Y todo, ¿por qué? Porque se pretende derribar la doctrina católica sustituyéndola por otra, enemiga de la anterior e irreconciliable, puesto que nunca se pondrán de acuerdo los que la defienden con los que la atacan, los que entregan a Jesucristo eucarístico en manos de los pecadores para que sea profanado, y que se excusan en el amor al prójimo para agredir a Dios y vencerlo en cada hostia que es recibida en estado de pecado mortal, con los que gritan: esto no es católico.

Müller es parte del plan, porque si no, Bergoglio lo acallaría. O al menos esa es mi opinión.


Publica en.news:

El 25 de mayo, Raymond Arroyo entrevistó al Cardenal Germán Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. 

Durante la entrevista, Müller elogió el documento ambiguo Amoris Laetitia explicando que no cambia y no puede cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio.

Arroyo contestó: "¿Le molesta que muchas Conferencias Episcopales estén en desacuerdo en sus interpretaciones de Amoris Laetiita?" Müller responde: "No es bueno que las Conferencias Episcopales estén haciendo interpretaciones oficiales del Papa".

Recordando a Müller que el Papa mismo aprobó la interpretación de los obispos argentinos, que permiten la comunión para los adúlteros, Arroyo le dice a Müller: "Eso parece dar la razón a lo absolutamente contrario de su interpretación de que nada ha cambiado".

En este punto Müller se desvía diciendo, "Los obispos interpretan al Papa, el Papa interpreta a los obispos", añadiendo que después de dos sínodos y un documento final, la discusión debe acabarse. 

Cardinal Müller Denying Reality