Cuando atacáis a un Profeta, interferís en la Voluntad de Dios




Jesús a MDM 6 de marzo del 2013 


Mi amadísima hija, llamo a todos aquellos en el mundo que creen en Mí, Jesucristo, a que escuchéis.
Muchos de vosotros encontraréis difícil aceptar el sufrimiento que tendréis que enfrentar en Mi nombre. Hasta ahora, vuestro sufrimiento ha sido limitado a la pena que han sentido en vuestras almas por el pecado de los hombres y por el sacrificio que Yo hice para salvar a la humanidad de su maldad. 

Ahora, seréis ridiculizados a causa de vuestra Fe y os harán sentir avergonzados cuando defendáis Mis enseñanzas y las Leyes de Dios.

Muchos de vosotros rechazaréis este Llamado del Cielo por miedo. El aceptar que ahora me comunico con el mundo, para prepararlo para Mi Segunda Venida, no es algo que la gente pueda aceptar fácilmente. Porque, ¿quién es Mi profetisa? ¿Y quiénes son los que vinieron antes que ella en Mi Nombre? ¿Cómo saber que ella está diciendo la Verdad, con tantos falsos profetas e impostores que os confunden? 

Nunca ha habido un profeta, enviado del Cielo, que no haya sufrido ridiculización, abuso, tormento y crueldad. Ni uno solo. Muchos fueron asesinados. Podéis estar seguros que cuando los frutos de Mi Trabajo, dado a tales profetas, dan por resultado oración y conversión, ellos han sido enviados por Dios, al mundo, para preparar a Sus hijos, para que estos regresen a Él.


Sed conscientes de que Mis verdaderos profetas van a resistir la prueba del tiempo, y para aquellos que ignoren los mensajes que ellos traen a la raza humana, habrá lamentos y rechinar de dientes. Cuando atacáis Mi Santa Palabra, dada a un verdadero profeta, interferís con la Voluntad de Dios. No debéis sentir vergüenza. Podéis creer que estáis defendiendo Mi Palabra cuando atacáis a Mis profetas, pero con el tiempo, el daño que le hacéis a esta, Mi última Misión en la tierra, cuando sea revelada a vosotros, os traerá terrible temor y aflicción.

Si me amáis, debéis mantener vuestros ojos abiertos y leer cuidadosamente Mis instrucciones. Si falláis en poner atención a Mis advertencias, dadas por Amor de Dios, rechazaréis la Verdad. La Verdad solo puede salvaros. La Verdad es el oxígeno que se necesita para mantener la vida de vuestras almas. Sin la Verdad,  no me veréis claramente, ni seréis capaces de tomar decisiones correctas. Recordad que Yo soy la Verdad. Sin Mí no tenéis vida.
Vuestro Jesús