Más profecías sobre el falso profeta

















8 sept 2015. 

Corre a decir que el malo ya se asienta, su trono ya construido desafía 
lo mío, se burla y jacta de lo santo. Será en poco tiempo que se
posiciona y los míos verán con dolor sus obras. Será rapaz, fugaz, 
no se darán cuenta en qué momento acoge a tantos, engaña a 
tantos. Serán muertos vivientes hija, no habrá uso de razón. 

Verle será muerte. Oírle será veneno. Huid hasta los lugares más 
recónditos, ahí es cuando avisaré que es necesario huir, correr,
dejar todo y esconder. En cavernas, en espacios escondidos, en 
lugares poco poblados. Será grato para los míos estar lejos 
de tanta maldad y confusión, y sentirán descanso en la oración, 
en las labores sencillas. Trabajarán con sus manos como sus 
antepasados, labrarán, sembrarán, construirán y orarán y se 
prepararán. Aprenderán los oficios de los sencillos y así me 
encontrarán.


Tengo todo reservado para los míos y desde ahora les enseño. 

Pero cuidado, no olviden que os seducirán, engañarán, estará en 
todas partes, será imposible de escapar y triunfará al sembrar la duda.

Llenará falsamente los vacíos que él mismo creó. 
Los llenará con lo suyo para gloriarse sólo de lo suyo. 
Tendrán que aguantarse las ganas de protestar, su mandato del cielo 
será el silencio y otros serán enviados a hablar y dar todo por mí y por
sus sacrificios serán premiados. Pero otros querrán hablar, gritar y
deberán callar. El espíritu los ayuda a aguantar.


Y entonces será torrencial la sangre que corre de inocentes, serán 
cascadas y el dolor rebosará de la copa y así el que ama 
verdaderamente, el que enseño a amar, el único, el verdadero, 
sostenido por mí mano llegará. 

Quietud habrá, nubes de luz y colores. Zumbarán los oídos
con el regocijo y las alabanzas de la creación. Será hermoso y esta 
vez huirán quienes lo reconocen y han hecho el mal.  Confusión 
penetrará el alma, los míos podrán mirar hacia el cielo y vivir 
el amor. Otros caerán al piso sin poder levantar la mirada, no serán
 merecedores, se humillarán.
El viento soplará sin haber brisa, viento celeste que limpia a sus pies 
y prepara el camino, se lleva lo teñido, toda la maldad. A sus pasos 
correrá su agua purificadora, salvadora y renovará, sacará la 
podredumbre y abonará el amor. Nada se podrá comparar, nada 
semejante se ha visto ni se verá.