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Las declaraciones del Papa Francisco sobre la inmigración ilegal promueven "un verdadero suicidio de Occidente", según Philippe de Villiers, ex candidato presidencial francés y uno de los pocos católicos en la política francesa.
De Villiers dijo a Famille Chrétienne: "Francisco inaugura una nueva teología globalista que es mortal para Europa, y la primera característica destacable de su pensamiento es la afirmación de que los estados son ilegítimos frente a los inmigrantes".
Según De Villiers, Europa está a punto de convertirse en un mosaico multi-conflictual y multi-anticultural. Señala que incluso Francis aboga por una "transferencia de identidades culturales" que -según De Villiers- ha sido considerada como un "rechazo de la asimilación".
De Villiers considera la preocupación de Francisco por una presunta cultura de bienvenida evangélica como hemipléjica: "tanto para los países de acogida, que sufren ataques terroristas, luego para los países de África donde mucha gente pobre todavía se niega a irse.