Jesús: Sus consejos para nuestras conversaciones


https://www.directionforourtimes.com/library/english/

29 de Agosto de 2003 Jesús:

Deseo hablar a Mis hijos sobre su lenguaje. Hijos Míos, ¿os conducís con un lenguaje que refleje exactamente quiénes queréis ser? Quiero que deseéis la santidad. Y quiero que vuestras palabras sean la conversación de un alma santa. 

Hijo mío, Yo sé que luchas y que con mucha frecuencia no te sientes santo. Lo permitimos para proteger tu humildad. Pero quiero que hables como si hubieras alcanzado el nivel de santidad que Yo deseo para ti. 

Jesús, ¿qué quieres decir?, te oigo preguntar. 

Estoy contigo, y tú estás conmigo. 
Tu lenguaje debe poner de manifiesto nuestra unión. No creas que una vez unido a Mí debes mantener la unión en secreto y escondida. Hijo mío, eso iría en contra de gran parte de la meta que tenemos para ti, y es que los demás, viéndote a ti, me vean a Mí. Como un santo ejercicio, y en ese mismo espíritu de práctica que hemos adoptado, quiero que escuches lo que dices. Escucha tu voz. Y entiende que Yo también estoy escuchando contigo. Quiero que pongas atención no sólo a tus palabras, sino también al tono que usas y los acentos que le pones. 

¿Están tus palabras, tonos y acentos, dirigidos para transmitir amor? ¿Representan acertadamente a Dios, a quien llevas por dentro? 

Encontrarás, estoy seguro, que hay veces que no te sientes contento de que tu lenguaje me refleje. No te sientas mal por eso, pequeña alma aprendiz. Es por eso que estamos haciendo una revisión. No estamos dejando nada al azar para garantizar tu hermoso regalo en el Cielo. Por lo tanto, cuando identifiques algo en tu lenguaje que sientes que no voy aprobar, pregúntame cómo decirlo de una manera diferente. 

Hijo mío, has estado leyendo mis palabras y las has escuchado en tu corazón. Quería que así fuera porque quería que me conocieras. 

Después de todo, Yo soy tu Salvador. Es apropiado que estés íntimamente relacionado conmigo. Ahora que me has escuchado, quiero que hables con otros como Yo hablo contigo. Hagamos una revisión. Yo hablo con la verdad. Siempre. Hijos, no digáis mentiras. Mentir es pecar y recordad que el pecado requiere arrepentimiento. Yo hablo con gran bondad. Soy dulce, manso, pero no escondo la verdad, hijo Mío, porque Yo tema tu enojo. Si estás llamado a corregir a alguien, hazlo. Aconseja a un amigo o a un ser querido en cuestiones morales si sientes que están equivocados. 

Pregúntame si Yo quiero esto de ti y Yo te lo diré. Muchas veces yo muevo a un alma a corregir a un ser querido. Entiendo que para ello se necesita valor, pero Yo veré que no te falte el valor si estás siguiendo Mi voluntad. Habla con gran amor y suavidad y habla con la verdad. 

Con frecuencia, escuchar la verdad provocará el enojo de un alma. 

Permanece calmado y amoroso de cara a este enojo y ya sabes que la gente estuvo, y está muchas veces, enojada conmigo.

Hijos, no difundáis lo que pueda haber de desagradable en otras personas, ya sean hechos reales o no. No digáis nada a menos que habléis para proteger a otro. Normalmente deberéis quedaros callados sobre los pecados de vuestros hermanas y hermanos, ya que con los propios ya tenéis suficiente para manteneros ocupados. 


Hablad de las bondades, sacrificios y actos amorosos que te dieron alegría de los demás. Mirad más bien tantas cualidades que tienen los demás

Recordad que si un alma no está unida a Mí, esa alma siente un vacío profundo, una soledad y una gran tristeza. Queridos hijos que estáis cerca de Mi Corazón, tened compasión y misericordia, como yo he tenido compasión y misericordia de vosotros.

Yo soy vuestro Dios. Por cada atención que mostréis con los demás, recibiréis una atención personal Mía. 


Cuidad bien de vuestro lenguaje, pequeños. Que vuestro lenguaje sólo me lleve a Mí a los demás. Yo os ayudaré. Juntos nos aseguraremos que vuestro lenguaje os gane el Cielo.”