La llave será compartida y habrá gran confusión (María)



Queridos hijos, soy vuestra Madre Dolorosa y sufro por aquello que viene para vosotros. Doblad vuestras rodillas en oración. He aquí los tiempos más difíciles para vosotros. Buscad fuerzas en la Eucaristía y no permitáis que el enemigo de Dios venza. Los hombres actuarán para apartaros de la verdad. La llave será compartida y habrá gran confusión. No permitáis que la llama de la fe se apague dentro de vosotros. Vuestra victoria está en el Señor. (...)

Los proyectos que inicié no son de los hombres, sino del Señor, y ninguna fuerza humana podrá destruirlos. Camináis hacia un futuro donde los hombres y mujeres de fe sufrirán por defender la verdad. La Iglesia de Mi Jesús llevará pesada cruz. Las puertas se abrirán y los enemigos entrarán en la Casa de Dios. Los ministros fieles beberán el cáliz amargo del sufrimiento, pero Mi Jesús no os abandonará. 
(...)
Confiad en Él que ve lo oculto y os conoce por vuestro nombre. Amad y defended la verdad. Mi Jesús necesita de vosotros. Sed dóciles a Él y en todas partes testimoniad que estáis en el mundo, pero no sois del mundo. Dadme vuestras manos y Yo os conduciré a Aquel que es vuestro Único Camino, Verdad y Vida. 
Los asesinos actuarán y en el Palacio se oirán lloros y lamentaciones. 

No os apartéis del camino que os he señalado. Suceda lo que suceda, no permitáis que la llama de la verdad se apague en vuestras vidas. Abrid vuestros corazones y dejad que la Luz de Dios os ilumine y os conduzca. Adelante sin miedo. 

Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.