http://restore-dc-catholicism.blogspot.com.es/2016/12/fwiw-thoughts-on-2016-and-2017.html
Traducido y adaptado por este blog
Por supuesto, Nuestro Señor ha prometido que las puertas del infierno nunca prevalecerán contra la Iglesia. Pero piense en las palabras de esa promesa, porque Nuestro Señor elige Sus palabras con precisión y las palabras tienen significados precisos. Cuando hablamos de que contra las puertas de cualquier institución no prevalecen las fuerzas enemigas, ¿no se refiere eso a que esa institución bajo control? En este caso, ¿no sería entonces la Iglesia el ejército atacante? Seamos francos sobre esto. En este momento, la Iglesia no está tomando una posición proactiva contra ningún mal verdadero (exterior ni interior) en absoluto.
Estoy hablando principalmente de la Iglesia institucional, empezando por el mismo Francisco, porque constantemente muestra su divergencia de la verdadera misión de la Iglesia de salvar almas. En lugar de buscar la salvación de las almas y la fidelidad al magisterio como prioridad de sus acciones y declaraciones, la iglesia institucional, bajo el impulso deliberado de este Papa, no sólo se encoge de miedo ante las puertas del infierno (enemigos externos) sino que en algunos casos (Amoris Laetitia sólo es el último ejemplo) parece reforzar (internamente) las puertas del Infierno.
Hay grupos de fieles católicos que se esfuerzan por mantener viva la fe. Por la gracia de Dios nos encontramos y estamos aprendiendo a trabajar juntos para contrarrestar al menos algunas de las maldades que emanan del Vaticano. En los últimos tiempos, cuatro prelados fieles promulgaron la dubia para corregir los errores causados por Amoris Laetitia, y muchos más se están uniendo con ellos.
A menos que el Papa emita una respuesta apropiada al dubia, se emitirá una corrección formal a los errores de Amoris Laetitia. En eso nos regocijamos y oramos mientras la corrección parece estar próxima, pero no vendrá sin angustia considerable.
Mientras tanto, los bloggers seguiremos escribiendo con la esperanza de despertar a otros católicos. En medio de esta tarea, me sorprende la cantidad de católicos que no se dan cuenta del lamentable estado de la Iglesia en general. Si bien parte de la culpa se puede atribuir a las directrices (papólatras) de los medios oficiales de información católica, la mayor parte de ella recae en los propios católicos. La mayoría tiene acceso a internet. Con información real a sólo unos clics del mouse, simplemente no hay excusa para la ignorancia.