Pesebre género neutro en Fátima


Se multiplican como conejos los belenes polémicos que en nada ayudan a la fe ni a contemplar el misterio del Niño Dios. 

Si Fátima ya engalanó las columnas del santuario, burlonamente, con los colores del arcoiris homosexual hace unos meses, ahora este lugar santificado por la Virgen, de gran importancia para la catolicidad,  tomado por los seguidores de la sodomía  y el travestismo, a una con el Vaticano, -cuyo belén también ha dado mucho que hablar-, ha plantado este Nacimiento, que más bien se asemeja a los restos de un naufragio en altamar.

El omitir la diferencia sexual ya ha prosperado antes en diversos logos como el de 2015 del Encuentro de las Familias en Filadelfia EEUU:




O directamente se han impuesto imágenes de lesbianas, solteras o en plena boda,  en la información de la diócesis de Dublín, para el Encuentro de Familias 2018.






Informa la web de Fátima:



Los peregrinos que se desplacen a Fátima durante la época de Navidad podrán contemplar el nuevo Pesebre de Paulo Neves, un conjunto escultórico compuesto por tres piezas, instaladas en la nave de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, junto a la entrada

La instalación, encomendada por el Santuario de Fátima, recupera la Sagrada Familia y, en la figura de María, el Escultor hace aparecer un corazón sobre el pecho materno de la Virgen.

Como en otras obras de su currículum, el autor trabaja la figura humana a partir de la valorización de la forma arcaica que el arte de los inicios del siglo XX ha venido enaltecer (cf. movimientos estéticos como el cubismo), sobre todo a partir del concepto de máscara que surge esculpida a partir de la sinuosidad de las líneas que el tronco, como materia prima, dicha a la hora de surcar y tallar el leño.