Chiodi, Häring, Martini, Curran, y Bergoglio, enemigos de la Humanae Vitae


El redentorista alemán Bernhard Häring (1912-1998), renovador de la moral católica, tras un largo proceso que duró más de 10 años, fue llamado por la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1979 para exigirle el compromiso solemne de no volver a criticar la Humanae Vitae (1968), encíclica en la que Pablo VI condenaba los métodos anticonceptivos como inmorales. 
Al norteamericano Charles Curran, se le prohibió enseñar como teólogo católico en centros dependientes de la Iglesia católica, por sus críticas a la Humanae vitae y por defender la legitimidad del disenso en cuestiones morales. A Curran se le acusaba de sostener teorías contrarias al magisterio eclesiástico en temas relacionados con la sexualidad y el matrimonio: homosexualidad, divorcio, masturbación y relaciones sexuales prematrimoniales, etc. Desde el primer momento del proceso, el teólogo norteamericano contó con el apoyo de su maestro Häring,
Con este artículo voy a complementar otro recientemente publicado en su blog por Alonso Gracián, (156) Inconveniencias eclesiales, X: Amoris Lætitia y la teología del legalismo de Bernhard Häring. En él cita unas palabras del papa Francisco en la Congregación General XXXVI de los jesuitas: «Creo que Bernard Häring fue el primero que empezó a buscar un nuevo camino para hacer reflorecer la teología moral»
La afirmación es desconcertante, si tenemos en cuenta que Häring fue el máximo impugnador, quizá, de la moral enseñada por el beato Pablo VI (Humanæ vitæ) y por San Juan Pablo II (Veritatis splendor)…

Debo decir que una de las cosas más llamativas en muchos hombres de Iglesia, es ese intento de arrasar con todo lo anterior, como nuevos mesías que traen su ley nueva y como si todo aquello que nos les gusta, habría que reinterpretarlo a la luz de los nuevos soplos del Espíritu Santo.
Estas últimas semanas el “espíritu” parece que sopla por el ala de la Humanae Vitae, sin más, les molesta esta encíclica y Chiodi, no es el primero en hablar de ella .
Ya en 2008 el muy insigne cardenal Carlo Maria Martini se expresaba así sobre esta moral tan molesta en la Iglesia y que hace que según él, tantos matrimonios se separen de la Iglesia.
El caso Martini, 2008., En sus Coloquios nocturnos en Jerusalén propugna «una Iglesia abierta» (edit. San Pablo, pg. 7, 168) frente a una Iglesia cerrada, obstinada en su enseñanzas y en sus normas. El señor Cardenal Carlo Maria Martini, jesuita, durante muchos años rector de la Universidad Gregoriana y después Arzobispo de Milán,ya jubilado, estima que habría que replantear en la doctrina católica varias cuestiones importantes: entre ellas, la moral de la vida conyugal, reconociendo que la Humanæ vitæ es «culpable» del alejamiento de muchas personas (141-142); y ya que el Papa no va a retirar la encíclica, convendrá escribir cuanto antes «una nueva e ir en ella más lejos» (146); las relaciones sexuales pre-matrimoniales: «aquí tenemos que cambiar de mentalidad» (148-151). Éstas y otras, «son cuestiones a las que tendría que enfrentarse el nuevo Papa y a las que tiene que dar nuevas respuestas. Según mi opinión, entre ellas está la relación con la sexualidad y la comunión para los divorciados que han vuelto a contraer matrimonio ». Adviértase que ésos que «vuelven a contraer matrimonio », en realidad «contraen  adulterio», para ser más exactos.
Las expresiones del Sr. Cardenal son siempre cautelosas –«ir más lejos», «nuevas respuestas»–, pero es claro que a su juicio la doctrina enseñada por la Humanæ vitæ sobre la moral conyugal, así como la dada por la Iglesia en otras cuestiones, sobre todo las relacionadas con la sexualidad, es una doctrina errónea, que debe ser cambiada cuanto antes. Él «sería partidario de otro concilio», que tendría como uno de los temas importantes «la relación de la Iglesia con los divorciados
Afecta a muchísimas personas y familias y, desgraciadamente, el número de las familias implicadas será cada vez mayor. Habrá que afrontarlo con inteligencia y con previsión»(entrevista con Eugenio Scalfari,político y escritor,en La Repubblica:cfReligión Digital27-06-09).

Muchas de las cosas que dice Martini, no son nuevas.
¿Les suena la expresión “Una Iglesia abierta”?

¿Les suena la “matraca” sobre la comunión de los divorciados vueltos a casar”?

¿Les suena esas palabras cautelosas de “nuevas respuestas”, “sin ir más lejos”, la relación de la Iglesia con los divorciados…”cambio de mentalidad”?
Claramente esta situación que vivimos no es nueva, se llevaba incubando durante muchos años.
¿Alguien le paró los pies en el 2008 a este señor Cardenal cuando arremetía contra la moral católica bimilenaria?
¿ Y anterior a Martini, cuántos se resistieron a la encíclica?

Podemos decir que cuatro años antes de morir, el cardenal Martini aún tenía fuerzas para seguir atacando la sacralidad del matrimonio y la eucaristía.

Ideas sacadas del Padre Iraburu, reforma o apostasía