Cómo ganar indulgencias en Semana Santa

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*** Reverendo amigo sacerdote, ¿Qué son las indulgencias?

Por indulgencias se entiende la remisión total o parcial de la pena temporal debida por los pecados ya perdonados.

Recordemos, hijos míos, que por medio del sacramento de la confesión obtenemos la absolución de nuestros pecados, lo cual perdona la pena eterna, pero nos deja la pena temporal que hemos desufrir en este mundo o bajo penas inimaginables en el Santo Purgatorio. Esta última pena, y no el pecado, es la que remiten las indulgencias.

*** Padre, ¿de qué modo nos concede nuestra Santa Madre la Iglesia las indulgencias?
La Iglesia, por amor, nos concede indulgencias, aplicándonos los méritos superabundantes de Jesucristo, de la Santísima Vírgen María y de todos los Santos.

Estos méritos superabundantes son los que permiten a la Iglesia remitir en todo o en parte las deudas que los hombres han contraído con Dios. Durante las persecuciones, según refieren Tertuliano, San Cipriano, y otros escritores sagrados, los Pastores de la Iglesia, a ruego de los confesores de la fe que iban a recibir la palma del martirio, y en atención a sus padecimientos, remitieron a menudo a los pecadores públicos y demás penitentes, parte de las expiaciones a que los condenaba la disciplina canónica: tal fué el origen de las indulgencias.

*** Padre, ¿de quién recibió la Iglesia el poder de conceder indulgencias?
Hijo, del mismísimo Jesucristo, quien dijo a los apóstoles: "Todo lo que desatareis en la tierra será desatado en el cielo".

La doctrina de las indulgencias se funda en la Tradición, y los Padres el Sacrosanto Concilio de Trento la resumen así:

"Habiendo Jesucristo concedido a su Iglesia la potestad de conceder indulgencias, y usando la Iglesia de esta facultad que Dios le ha concedido, aun desde los tiempos más remotos; enseña y manda el sacrosanto Concilio que el uso de las indulgencias, sumamente provechoso al pueblo cristiano, y aprobado por la autoridad de los sagrados concilios, debe conservarse en la Iglesia, y fulmina antema contra los que, o afirman ser inútiles, o niegan que la Iglesia tenga potestad de concederlas (Conc. Trid. Sesión XXV).

Este poder de condecer indulgencias pertenece de una manera ilimitada al Soberano Pontífice Reinante; en cuanto a los Cardenales, Arzobispos y Obispos pueden conceder solamente aquellas que les han sido delegadas (tradicionalmente 200, 100 y 50 días (o su equivalente en la forma moderna) respectivamente y solo dentro de los límites de su jurisdicción).

*** ¡Que regalo de amor más grande nos da Cristo por medio de su Iglesia! ... ¿Padre, pero que clases de indulgencias hay?
Hay dos clases: las plenarias que remiten toda la pena temporal debida por los pecados, y las parciales, que remiten solamente una parte.

Si por ejemplo, un cristiano muriere luego de haber ganado una indulgencia plenaria, iría inmediatamente al Cielo sin pasar por las terribles (pero santas) llamas del S. Purgatorio. Es por este motivo que la Iglesia, como madre amorosa, procura aplicar a los moribundos la indulgencia "in artículo mortis".

Otro punto importante a recordar, hijo mío, es que las indulgencias llamadas de 300 días, 7 años, 7 cuarentenas, etc, no significan el perdón de otros tantos días de Purgatorio, sino la dispensa de la penitencia canónica que se hubiese debido hacer durante igual tiempo, según la antigua disciplina de la Iglesia, y también el perdón de las penas del S. Purgatorio que, mediante esa penitencia, se hubiese alcanzado. Cabe mencionar que las indulgencias modernas no suelen llevar especificado un número de días. Se deja a Dios la escogencia de dicho número según el alma que las haga.

¿Qué se requiere para ganar las indulgencias?
No es complicado. Solamente el cristiano debe hallarse en estado de gracia, cumplir con exactitud u piedas las obras prescritas por el Papa o por el Obispo o delegado que las concede.

Con estas condiciones, se pueden ganar todas las indulgencias concedidas a las oraciones y buenas obras que se hicieren, con tal que se tenga la intención, por lo menos virtual, de ganarlas. La intención actual no es necesaria; tampoco se necesita conocer las indulgencias concedidas a tal o cual práctica: bastará formular por la mañana la intención de ganar todas las indulgencias otorgadas a las oraciones y buenas obras que se hicieren durante el día. Esta intención se llama "virtud", porque persiste en virtud de un acto hecho con anterioridad.

Las condiciones necesarias para ganar las indulgencias plenarias son ordinariamente: la confesión (una semana antes o después), comunión, oración por el Sumo Pontífice y sus intenciones, y el acto de indulgencia en sí.

*** ¿Padre, y pueden aplicarse las indulgencias a las benditas almas del Santo Purgatorio?
Así es, y es por cierto una práctica piadosa muy recomendable. Recordemos que las indulgencias no se pueden aplicar por los vivos, excepto por la misma persona que las realiza. Por otro lado, benefician sólo a las almas del Purgatorio, que siguen en plena comunión con la Iglesia. Recordemos además que las almas del cielo ya no las necesitan, y las del infierno no las pueden recibir, pues su separación con Dios es eterna.

*** Por último, querido amigo sacerdote, ¿aprovechando que estaremos en Semana Santa, qué indulgencias me recomienda realizar?
En primera instancia todas aquellas que aplican durante todo el año, tal como la oración del Santo Rosario en familia, o la lectura de al menos 30 minutos de la Sagrada Biblia (las cuales ganan la indulgencia perfecta o plenaria). No obstante, también se deben hacer las propias para este tiempo, cuales son (premiadas con indulgencia plenaria):

Jueves Santo: Si recitamos el "Tantum Ergo" ("Adorad Postrados") durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor.

También se gana si visitamos por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo. (Esta indulgencia puede ganarse todos los días del año)

Viernes Santo: Si asistimos piadosamente a la Adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor.

Sábado Santo: Si rezamos juntos el rezo del Santo Rosario o si asistimos a la Vigilia Pascual Si asistimos a la celebración de la Vigilia Pascual y en ella renovamos las promesas de nuestro Santo Bautismo.

Domingo de Pascua: escuchando en vivo (ya sea en persona, por radio, tv, o internet) el saludo y bendición papal "Urbi at Orbi".

Recordemos que si se hace cualquier paso para ganar la indulgencia plenaria de manera defectuosa, pasa a ser una indulgencia parcial.

Por último, tengamos en mente hijos míos, que los días más importantes de la Semana Santa son los formados por el llamado Triduo Pascual que da inicio la tarde del Jueves Santo, en el que se conmemora la muerte de Cristo; Sábado Santo, en el que se conmemora a Cristo en el sepulcro, y la mañana del Domingo de Pascua donde conmemoramos la Resurrección de Nuestro Señor. Litúrgicamente hablando, es una sola ceremonia que se extiende a lo largo de esos días.



En Cristo, P. Girard +