El Rosario y la posesa




El Rosario y la chica poseída


En el libro, El secreto del rosario, San Luis de Montfort relata que el padre Jean Amat, un dominico, estaba dando una misión cuaresmal en el Reino de Aragón, España, cuando una joven poseída por el diablo fue traída a él.
El padre Amat comenzó el exorcismo. Después de varios intentos infructuosos, el sacerdote tuvo una idea; tomando su Rosario, lo enrolló alrededor del cuello de la niña.


Apenas había hecho esto, la niña comenzó a retorcerse y gritar y el diablo, gritando a través de su boca, gritó: "Quítamelo, estas cuentas me están atormentando! "
Finalmente, movido por compasión por la niña, el sacerdote le quitó las cuentas de Rosario del cuello.

La noche siguiente, mientras el buen dominico yacía en la cama, los mismos demonios que poseían a la niña entraron a su habitación. Espumando de rabia, trataron de atraparlo, pero tenía el Rosario en su mano y ningún esfuerzo de los espíritus infernales podía arrancarle las benditas cuentas.

Luego, pasando a la ofensiva y usando el Rosario como arma física, el p. Amat azotó a los demonios gritando: "¡Santa María, Nuestra Señora del Rosario, ayúdame, ven en mi ayuda!", ante lo cual los demonios huyeron.

Al día siguiente camino a la iglesia, el sacerdote se encontró con la pobre chica, todavía poseída. Uno de los demonios que la poseía se burló de él, "Bueno, hermano, si no hubieras tenido tu Rosario, te hubiéramos hecho un pequeño trabajo ..."

Con renovada confianza y vigor, el sacerdote se quitó el Rosario del cinto y, arrojándolo alrededor del cuello de la niña, ordenó: "Por los nombres sagrados de Jesús y María, su Santa Madre, y por el poder del santo Rosario, os ordeno: espíritus malignos, que abandonéis el cuerpo de esta chica de una vez ".
Los demonios fueron forzados inmediatamente a obedecerlo, y la joven muchacha fue liberada.

"Estas historias", concluye San Luis de Montfort, "muestran el poder del Santo Rosario para vencer todo tipo de tentaciones de los espíritus malignos y todo tipo de pecados porque estas benditas cuentas del Rosario hacen que los demonios sean derrotados".