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| Cierre de campaña de CasaPound, junto al Panteón de Roma. /Foto: elmundo.es. |
Aunque desde hace 15 días está prohibido publicar encuestas en Italia, en las elecciones del domingo 4 de marzo se da por seguro un claro giro a la derecha, con la victoria de la coalición encabezada por Silvio Berlusconi, en la que se incluyen la Liga Norte, que podría obtener el 13% de los votos y Hermanos de Italia, que superaría el 5%, y cuya dirigente Giorgia Meloni ha cerrado su campaña reuniéndose con presidente de Hungría, Viktor Orban, la referencia europea contra la inmigración musulmana y contra las políticas impuestas por Ángela Merkel y y Bruselas de puertas abiertas.
La derecha se presenta con un discurso claro contra la inmigración y a favor de la identidad italiana, que es claramente amenazada por una auténtica invasión de musulmanes subsaharianos, que viven a costa del contribuyente: Italia acogió a más de 600.000 el año 2.016. La postura globalista del centro izquierda, sumiso a Bruselas, le va a pasar una elevada factura, de forma que todo indica que será el gran perdedor de la cita electoral.
La ola de defensa de la propia identidad puede llevar al Parlamento a la formación neofascista CasaPound -el nombre es un homenaje al poeta Ezra Pound, simpatizante del fascismo y juzgado tras la segunda guerra mundial- cuyo dirigente Simone di Stefano se declara “orgullosamente fascista” y que se presentan bajo el lema “Italia primero” y cuyo discurso gira en torno a que “El Estado tiene el deber de ocuparse primero de sus ciudadanos y sólo después de los ciudadanos de otras naciones“. CasaPound reparte alimentos sólo a italianos y organiza campamentos de verano para inculcar los valores patrios.
La política migratoria, propiciada por el centro izquierda y Bruselas, no ha traído más que problemas, en un elevado coste para el contribuyente y en una elevada inseguridad ciudadana. Italia sigue conmocionada por el brutal crimen perpetrado por el nigeriano Innocent Oseghale, traficante de drogas, quien asesinó a la joven de 18 años, Pamela Mastropietro, la descuartizó y ocultó sus restos en una maleta. Buena parte de esa Italia considera ese crimen una consecuencia de las posiciones débiles del Gobierno de centro izquierda.
Italia parece dispuesta a sacudirse la corrección política y salir de la pesadilla de Bruselas. España debe tomar buena nota, con urgencia, porque las rutas migratorias han pasado de tener como destino Italia a oscilar hacia el Sur de España, Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana.
Por otra parye, en Francia, según el barómetro de Yougov, Emmanuel Macron y su primer ministro tienen una brutal pérdida de confianza por parte de los franceses. En el sondeo, realizado para Le HuffPost y CNews, Macron y Édouard Philippe pierden respectivamente 11 y 6 puntos en lo relativo a opiniones a favor de ambos con relación al mes de febrero.
El presidente de la República cosecha el 30% de apoyos, frente al 41% del mes precedente. Mientras, el primer ministro obtiene el 30% de apoyos, frente al 36% de febrero.
Otra conclusión del sondeo: la pérdida de confianza en ambos es más fuerte entre los simpatizantes de Los Republicanos (-31 puntos de opiniones favorables para el presidente y -23 puntos para el primer ministro).