Scalfari es otro instrumento divisivo de Bergoglio




María Ferraz/Thomas D. Williams

En reacción a los informes que dicen que Francisco ha negado la existencia del infierno, el Vaticano ha publicado una declaración cuidadosamente redactada que no refuta la esencia de los reclamos.

"El Santo Padre Francisco recibió recientemente al fundador del periódico La Repubblica en una reunión privada con motivo de la Pascua, sin darle una entrevista", comienza la declaración sin firma del Vaticano del 29 de marzo.

"Lo que informa el autor en el artículo de hoy es el resultado de su reconstrucción, en la que no se citan las palabras exactas del Papa. Por lo tanto, ninguna cita del artículo antes mencionado debe considerarse una transcripción fiel de las palabras del Santo Padre", la declaración concluye

En otras palabras, el Vaticano niega que el artículo contenga una transcripción fiel de las "palabras exactas" del Papa sin cuestionar el contenido básico de la conversación. Lo que es interesante es lo que no se dice. La declaración no dice que la reconstrucción del autor de la conversación sea errónea, y tampoco niega que el Papa dijese que el infierno no existe.

La historia comenzó en los medios de comunicación el miércoles, cuando La Repubblica publicó un artículo que decía que el Papa había negado expresamente la existencia del infierno y la inmortalidad del alma humana en una conversación reciente con su viejo amigo, Eugenio Scalfari, fundador del periódico.

La entrevista informal entre el Papa y Scalfari llevó el titular: "El Papa: 'Es un honor ser llamado revolucionario'".


También vale la pena recordar que en 2015, cuando Scalfari citó a Francisco diciendo que "todos los divorciados y recasados ​​que lo pidan serán admitidos a la Comunión", el entonces portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, agregó un comentario muy elocuente a la negación oficial del Vaticano. 


Lo que es evidente es que lo que deja filtrar Scalfari es parte de la operación de sustitución de la Doctrina por las directrices modernistas. 

Respecto a lo anterior ya se sabe lo que piensa Francisco. El Vaticano ha ido pidiendo a todas las diócesis y conferencias episcopales que cuanto antes, se definan (positivamente) respecto a Amoris L, siendo que Francisco ha apoyado tan claramente la comunión para los adúlteros propuesta por las normas de Buenos Aires y la respuesta afirmativa de Bergoglio a que esta es la única interpretación posible, que ambos documentos constan como Magisterio en las Actas de la sede Apostólica.

Mentiras, medias verdades,  afirmaciones contradictorias, tergiversaciones, perplejidad y desasosiego, son las semillas del mal que plantan Bergoglio y los suyos como modus operandi para dejar irreconocible a la Iglesia bajo el mando del Enemigo de Dios. Quien no sepa discernir su estrategia, está perdido.