¿Ir a misa diaria?


http://salinadiocese.org/new-evangelization/2108-5-reasons-to-attend-daily-mass


1. Recibir a Cristo en la Bendita Eucaristía nos da la fuerza para luchar contra el orgullo egoísta y el pecado.


El orgullo y el ego son dos de los muchos demonios que la mayoría de nosotros debemos combatir constantemente. Deseamos placer, cosas, protagonismo etc. Es una lucha constante para debilitar estos impulsos ... especialmente cuando impactan nuestras otras prioridades y relaciones. No podemos ganar la lucha solos. No fuimos creados perfectos. Nacimos frágiles y defectuosos para que podamos reconocer que cualquier bien que sucede en nosotros o a través de nosotros es de Dios.


Se necesita fuerza sobrenatural para combatir el ego; y podemos obtener esa fuerza de nuestro Señor presente en la Eucaristía. La gracia santificante que fluye a través de nosotros cuando recibimos a la hostia consagrada nos permite detenernos antes de pronunciar una palabra de enojo o participar en un pecado. En pocas palabras, la Eucaristía nos fortalece para el viaje diario.


2. Elogiar a Dios a primera hora de la mañana es lo más importante en nuestro calendario diario.


"Lo primero es lo primero", como dicen. Y dado que hemos sido bendecidos para ser miembros de esta única, santa, católica y apostólica Iglesia, debemos entender que es un privilegio y un regalo poder hacer de Dios la primera y más importante persona de nuestros días al rendirle culto en su templo Además, Dios pide los primeros frutos de nuestra cosecha, la décima primera de todas nuestras bendiciones. Ir a misa es ofrecer la primera parte de nuestro día al Señor, que es la fuente de todas nuestras bendiciones. Es la mejor forma de administración católica.


3. La misa es mi formación espiritual en curso.


Una cosa hermosa acerca de la Misa es que está tan empapada de las Escrituras. Asistir a la misa todos los días nos permite sumergirnos en la Palabra de Dios. Leer y reflexionar sobre las escrituras diarias la noche anterior hace que la misa parezca aún más rica y satisfactoria. La misa nos ayuda a obtener una educación católica completa en Cristo:  los sacramentos, los santos y la evangelización, 260 días al año. Nos ayuda a crecer en el Señor.



4. La misa cura.


Cada misa es una experiencia de curación. Cura las heridas causadas por nuestra naturaleza pecaminosa, sana nuestra relación con Dios y con los demás, acercándonos a nuestro Señor, dándonos la oportunidad de acercarnos y recibirlo no solo en la Palabra, sino también en el Santísimo Sacramento.


5. Conoces a tu Creador, a tu amigo, a tu amor.


Es bueno ser un amigo y amante de Dios. El día que lo veamos cara a cara, nos daremos cuenta de lo que hemos extrañado a lo largo de nuestras vidas. Como dice San Agustín: "mi corazón está inquieto hasta que descanse en ti". Encuentra tu refugio bajo las alas del Señor. Encuéntralo, cada mañana, en su santo templo. Durante el día, encuéntralo en oración silenciosa donde sea que estemos.


Nuestro día está incompleto sin oración y adoración. No encontraremos mayor consuelo que en Su Palabra, en Sus sacramentos y rindiéndonos a Su amor. Al aceptar el desafío de encontrar a Jesús diariamente en la Eucaristía, encontraremos más alegría que nunca.