Tened paciencia con lo que Me pedís



Blog `Haced lo que Él os diga´

Hijos de Mi divino Corazón, todos vosotros y vuestras familias estáis en Mis miras, pero Me agrada sobremanera que os pidáis oraciones mutuamente, porque Yo deseo que todos practiquéis de una forma u otra la caridad. Yo, Jesús, os hablo.

Muchos tenéis familiares alejados de la Iglesia, otros los tenéis enfermos, otros los tenéis poseídos, pero no por eso Yo dejo de miraros, porque veo el sufrimiento que sobrelleváis y lo empleo en otras almas que están a punto de condenase. Me agrada que recéis unos por otros, esas oraciones sin ningún ánimo de recompensa, altruistamente, son oraciones muy valiosas, porque muchas veces no conocéis ni siquiera a las personas  por quienes rezáis, pero Yo hijos sí que las conozco y vuestras oraciones llegan a ellas. Yo, Jesús, os hablo.


Tened paciencia en las cosas que Me pedís, todo tiene su momento, pero no se pierde ni una oración. Yo todo lo empleo en lo que Me pedís y lo uno a Mis méritos para que la oración tenga más poder, pero solo Mi Padre y Yo sabemos el momento en que esa oración será efectiva para el fin que pedís. Recordad a santas que siendo madres por sus continuos rezos convirtieron a sus hijos y esposos. Sé que muchos sufrís por vuestros familiares, pero una oración y otra y otra, no se pierde nunca en el alma para quien va dirigida. Porque además hijos Míos, lo que vosotros Me pedís Yo lo deseo. ¿Cómo no voy a querer la paz en vuestras familias? ¿Cómo no voy a querer la conversión de vuestros familiares? ¿Cómo no voy a querer que los enfermos sean aliviados? Hijos, si vosotros pedís estas cosas que son buenas, Yo Soy más bueno que vosotros y las deseo aún más, porque todo lo que sea un bien para las almas lo deseo y lo inspira Mi Santo Espíritu. Yo, Jesús, os hablo.


Os escucho cada día y a cada instante. Mi adversario os hace creer que no os hago caso, eso no solo no es verdad, sino que él siempre os engaña para que os desalentéis. Seguid orando por todas esas cosas que son santas y necesarias para la salvación de las almas, que al Cielo llegan vuestras oraciones y, cuando las hagáis todavía con más fe y humildad más eficaces son. Yo, Jesús, vuestro Redentor os hablo y os doy Mi paz.