Jesús: Venid a Mi nuevo Getsemaní



Hijos amados, me encuentro solitario y abandonado en mi Tabernáculo de amor divino. Los latidos de mi Eucarístico Corazón son pulsaciones de amor para todos vosotros, aún para aquellos que se resisten a recibir mi gracia, aún para aquellos que ponen en tela de juicio mi verdadera presencia en la Hostia consagrada.


Venid a mi nuevo Getsemaní, mis rayos de luz iluminarán vuestras conciencias opacadas por el pecado. 


Mi hálito divino oxigenará vuestra vida espiritual. Venid a mi nuevo Getsemaní, en el Sagrario os haré sentir mis besos y mis abrazos, desearéis morir de amor, tocaré vuestro corazón y os haré sensibles a mis lamentos divinos.


Reparad porque muchas creaturas con su irreverencia y su falta de recogimiento frente a mi presencia eucarística laceran mi Corazón, mis hijos no han entendido que en el Sagrario está el Hombre-Dios que todo lo puede, en el Sagrario está el hombre de Galilea que multiplicó cinco panes y dos peces, en el Sagrario está el Hijo de Dios que vino no a abolir la ley, sino a perfeccionarla.


En mi presencia eucarística obnubilaos de amor, en mi presencia eucarística entregaos sin reservas, os pagaré el ciento por uno; en mi presencia eucarística rendidme la adoración y la gloria que no recibo de los hombres.



Jesús a Agustín del Divino Corazón