La Iglesia no permite, sino que tolera la comunión en la mano

En la década de los 60, la comunión en la mano fue introducida sin autorización, contrariando la Ley vigente en una muestra de indisciplina e individualismo, en algunos países de Europa, especialmente los de mayoría protestante.
Por Víctor Chéquer

La Iglesia no permite, sino que tolera la comunión en la mano, por ello, los que comulgan en la mano hacen uso de un indulto
«La comunión en la mano se introdujo sin autorización. Pablo VI se opuso tenazmente a permitirla pero decidió otorgar un indulto sólo donde el uso estaba ya arraigado y esto con el propósito de "ayudar a las Conferencias Episcopales a cumplir su oficio pastoral, con frecuencia más difícil que nunca a causa de la situación actual"» (CM, p.118).
Pero si en alguna parte el uso contrario, es decir, el poner la Santa Comunión en las manos hubiera arraigado ya, la Sede Apostólica, ... confía a las Conferencias episcopales la carga y el oficio de sopesar las circunstancias peculiares, si las hay, con la condición sin embargo tanto de prevenir todo peligro de que penetren en los espíritus la falta de reverencia o falsas opiniones sobre la Santísima Eucaristía.
(Obsérvese que dice: donde la comunión en la mano “hubiera arraigado ya”, lo cual excluye que sea introducida en lugares donde hasta ese momento (1969) no fuera costumbre).
Con el indulto no se busca derogar la comunión en la boca. «No se concede un bien sino algo de suyo MUCHO MÁS IMPERFECTO (Comunión en la mano) que la ley general en vigor (Comunión en la boca). Esta concesión se debe a la decisión prudencial de tolerar un uso peligroso para evitar un mal mayor (la desobediencia generalizada)» (CM, p.126).
¡Con cuanto dolor el Papa Pablo VI habrá concedido este indulto, en contra de su parecer, para aquellos que desoyendo su exhortación NO quisieran someterse a la ley ya vigente y otra vez confirmada!
Concilio de Rouen: El Concilio de Rouén (año 650) prescribe: "A ningún laico, hombre o mujer, sea dada la eucaristía en la mano, sino en la boca.
Tertuliano: (160-220) "...cuidamos escrupulosamente que algo del cáliz o del pan pueda caer a tierra" (De corona, 3 PL 2, 99);
San Hipólito (170-235) "... cada uno esté atento... que ningún fragmento caiga y se pierda, porque es el Cuerpo de Cristo que debe ser comido por los fieles y no despreciado" (Trad. Ap. 32.).
Orígenes(185-254) "Con qué precaución y veneración, cuando recibís el Cuerpo del Señor lo conserváis, de manera que no caiga nada o se pierda algo del don consagrado. Os consideraríais justamente culpables si cayese algo en tierra por negligencia vuestra" (In Exod. Hom., hom. XIII, 3, Migne, PG 12, 391).
El mismo Pablo VI comenta así este último texto: «"Consta que los fieles creían y con razón, que pecaban, según recuerda Orígenes, si, habiendo recibido el cuerpo del Señor, y conservándolo con todo cuidado y veneración, algún fragmento caía por negligencia" (Mysterium Fidei, 32).
San Cirilo: (315-387) "... recíbela cuidando que nada de ella se pierda, porque dime: si alguno te diese unas limaduras de oro ¿no las guardarías con toda diligencia procurando no perder nada de ellas? ¿No procurarás, pues, con mucha más diligencia que no se te caiga ninguna migaja de lo que es más precioso que el oro y las piedras preciosas?").
San Efrén(306-373) "Comed este pan y no piséis sus migas... una partícula de sus migas puede santificar a miles de miles y es suficiente para dar vida a todos los que la comen" (Serm. in hebd. s., 4, 4).
San Basilio(330-379) afirma claramente que sólo está permitido recibir la Comunión en la mano en tiempos de persecución o, como era el caso de los monjes en el desierto, cuando no hubiera un diácono o un sacerdote que pudiera distribuirla. "No hace falta demostrar que no constituye una falta grave para una persona comulgar con su propia mano en épocas de persecución cuando no hay sacerdote o diácono" (Carta 93). Lo que implica que recibirla en la mano en otras circunstancias, fuera de persecución, será una grave falta.
S. F. de Asís: (1182-1226) “Sólo ellos, (los sacerdotes), deben administrarlo, y no otros.” ( Carta 2ª, a todos los fieles, 35).
Sto Tomás: (1225-1274) "Porque debido a la reverencia hacia este sacramento, nada Lo toca, sino lo que es consagrado; de aquí que el corporal y el cáliz son consagrados, y así mismo las manos del sacerdote, para tocar este sacramento." (Suma Teológica: Pt. III, Q.82, Art. 3).
Es decir, se falta a la reverencia debida a este Sacramento, cuando lo tocan manos que no están consagradas; doctrina que fue luego confirmada por S.S. Juan Pablo II en Domenica Cenæ, como veremos luego.
San Pío X "Cuando se recibe la Comunión es necesario estar arrodillado, tener la cabeza ligeramente humillada, los ojos modestamente vueltos hacia la Sagrada Hostia, la boca suficientemente abierta y la lengua un poco fuera de la boca reposando sobre el labio inferior".(Catecismo de San Pío X). Y Contestando a quienes le pedían autorización para comulgar de pie alegando que: los israelitas comieron de pie el cordero pascual les dijo: "El Cordero Pascual era tipo (símbolo, figura o promesa) de la Eucaristía. Pues bien, los símbolos y promesas se reciben de pie, MAS LA REALIDAD SE RECIBE DE RODILLAS y con amor".
Pio XII: “Hay que reprobar severamente la temeraria osadía de quienes introducen intencionadamente nuevas costumbres litúrgicas, o hacen renacer ritos ya desusados, y que no están de acuerdo con las leyes y rúbricas vigentes.”