La Iglesia tendrá largos años de duras pruebas


Queridos hijos, doblad vuestras rodillas en oración. La humanidad se hizo esclava del pecado porque los hombres se alejaron del Creador. Volved. Vuestro Dios os ama y os espera. No os apartéis del camino que os he señalado a lo largo de estos años. Depositad vuestra confianza y esperanza en el Señor y dejad que Él conduzca vuestras vidas. 

Todavía tendréis largos años de duras pruebas. Camináis hacia un futuro de grandes tribulaciones en la Casa de Dios. Habrá gran discordia entre los consagrados y muchos verán su fe sacudida. 

Amad y defended la verdad. Fortaleceos en la escucha del Evangelio y buscad fuerzas en la Eucaristía. No os olvidéis: Vuestra victoria está en el Señor. Adelante sin miedo. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.



Queridos hijos, vosotros sois del Señor y sólo a él debéis seguir y servir. No permitáis que vuestra libertad os aleje de Mi Hijo Jesús. Estad atentos. Vivís en el tiempo de las tribulaciones y pesada será vuestra cruz. Quedaros con el Señor. No os apartéis del camino que os he señalado. Fortaleceos en la oración y en la escucha del Evangelio. Dad lo mejor de vosotros y seréis grandes en la fe. 

Vosotros estáis en el mundo, pero no sois del mundo. Arrepentíros, pues el arrepentimiento es el primer paso que se dará en el camino de la santidad. Acercaros al confesionario y buscad la misericordia de Mi Hijo Jesús. Cuando estáis apartados, os hacéis objetivo del enemigo de Dios. Yo os amo como sois y quiero veros felices aquí en la Tierra y más tarde conmigo en el Cielo. Sed mansos y humildes de corazón, pues sólo así podéis comprender los designios de Dios para vuestras vidas. 

Camináis hacia un futuro de una gran guerra religiosa y muchos de Mis pobres hijos caminarán como ciegos que guiarán a otros ciegos. Sufro por aquello que viene para vosotros. Sed fieles al verdadero Magisterio de la Iglesia de Mi Jesús. 

Después de toda tribulación, el Señor concederá una gran victoria a Su Iglesia. 

Adelante en la defensa de la verdad. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.