De NCR:
Cuando Kathleen O'Connell Sauline (imagen) se presentó a comulgar en la Parroquia St. Luke en Boardman, Ohio, el sacerdote colocó un paño sobre el pan y dijo que no podía darle la Eucaristía. Del mismo modo, un diácono se negó a darle el vino consagrado del cáliz.
Ella, antigua parroquiana y voluntaria de la parroquia, ocho días antes, había sido ordenada diácono a través de la ´Asociación de sacerdotes mujeres católicas´, que forma parte del ´Movimiento internacional de sacerdotes mujeres católicas´. El Vaticano considera que las ordenaciones son ilícitas y ha dicho que las mujeres sacerdotes y diáconos incurren en la excomunión automática.
Cuando se le rechazó en la comunión en la Misa del 8 de julio, Sauline respondió al sacerdote y al diácono que estaba hambrienta y sedienta "de lo que Jesús nos llamó a compartir", luego se fue hacia el centro de la iglesia y esperó. Más tarde, una ministra de la Eucaristía laica le dio la Comunión.
El sacerdote, el p. Zachary Coulter, quien fue ordenado el año pasado, es uno de los dos ministros en la parroquia. Sauline dijo que Coulter sabía que ella estaba siguiendo el proceso de la ordenación y que había tratado de convencerla de que no lo hiciera. Pero ella le contestó, "Esta es la iglesia en la que crié a mis hijas y a la que pertenezco". Nada de lo que diga puede excluirme de esta iglesia ", recordó Sauline, que ha sido miembro de St. Luke's durante 11 años, pero que recientemente se mudó a otra ciudad.
Coulter y otros miembros del personal de la parroquia se negaron a hablar con NCR.