El Vaticano destruye la Orden de las Vírgenes Consagradas

Escena de hombre semidesnudo en el nacimiento de Nuestro Señor (Navidad, Vaticano 2017)

El retorcimiento que se vive en el Vaticano y su repulsa a la castidad y aún más a la virginidad y el celibato (está en camino el cese del celibato sacerdotal, comenzando por casos individuales en la Amazonia, para después constituirlo en norma general), son puramente diabólicos.  El siguiente golpe es contra las vírgenes consagradas que a partir de ahora ya no tendrán que ser vírgenes.

El Cardenal brasileño, Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, pidió que las vírgenes consagradas del mundo, en ocasión del 50 aniversario del Ordo Consecrationis Virginum, se reunieran en Roma 
La Instrucción Ecclesiae Sponsae Imago, fue presentada el 4 de julio por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, 

Bergoglio con la pulsera del orgullo gay 


Dice la escritora católica anglo canadiense, Hilary White:

Última bomba nuclear de Roma ataca a la orden de las vírgenes consagradas

He intentado obtener una declaración de una virgen consagrada real, pero hasta ahora, solo he conseguido esto:

"Cualquier teología sobre el Ordo Virginum es teología sobre la Iglesia que (las vírgenes consagradas) reflejamos. Ergo, si podemos ser dispensadas, (de la virginidad) entonces la Iglesia también podrá separarse de Cristo. Y las personas casadas podrán disolver su vínculo matrimonial" 

"Entonces, una vez más, estamos viendo otro movimiento desde el Vaticano que ataca un objeto específico, pero creando un Nuevo Paradigma que funcionará como un retrovirus, reescribiendo el ADN de la Fe en todas las demás áreas.

Ella agregó que el nuevo documento efectivamente destruye la Orden de Vírgenes Consagradas. Ella señala el artículo 88: (...)

"En este contexto se tendrá presente que la llamada a dar testimonio del amor virginal, esponsal y fecundo de la Iglesia a Cristo, no se reduce al signo de la integridad física, y que haber guardado el cuerpo en perfecta continencia o haber vivido ejemplarmente la virtud de la castidad, aunque es de gran importancia en orden al discernimiento, no constituye requisito determinante en ausencia del cual sea imposible admitir a la consagración".