Evita vivir la misa con rutina





1. Estudia el asombroso simbolismo y las bases escriturales de la Misa


Para muchas personas, la Misa nunca hace "click" hasta que comienzan a investigar y profundizar en por qué hacemos ciertas cosas en la Misa. Puede parecer una colección de acciones aleatorias, mezcladas con velas e incienso. Sin embargo, cuando descubres el asombroso simbolismo detrás de todo en la Misa (cada palabra y gesto), la Misa puede abrirse y convertirse en lo que realmente es: el Sacrificio del Cordero de Dios y Su Banquete de Bodas. Hasta que comprenda la riqueza y profundidad de la Misa, siempre será un ritual extraño que es difícil de entender.



2. Lee las lecturas de la Misa con anticipación

A menudo es difícil escuchar bien las lecturas en la misa. Las distracciones o un mal sistema de sonido puede hacer que sea difícil escuchar al lector. Por eso es extremadamente beneficioso leer las lecturas de antemano, ya que ya estarás familiarizado con los pasajes de las Escrituras y tendrá más posibilidades de prestar atención. Las lecturas están en internet o en la aplicación iBreviary (buscar idioma)


3. Llega temprano: si puedes estate 15-30 minutos en silencio antes de la misa

Es mucho más fácil permanecer atento a la misa cuando no vienes con prisas o llegas tarde . Unos pocos momentos de oración pueden permitir que una persona se desconecte del ajetreo de la vida y enfoque su atención en Dios. Si no llegas a Misa antes de que empiece, entonces la siguiente mejor opción es apagar la radio del automóvil. Necesitamos dejar que nuestro alma se desconecte de las distracciones del mundo



4. Usa el misal

Por lo general, hay un pequeño missalette en los bancos que permite a una persona seguir las palabras en la misa. A veces es fácil distraerse mientras el sacerdote pronuncia la Oración Eucarística y, por lo tanto, leer las palabras que dice puede ayudar a enfocar tu atención. Las palabras en la misa son realmente hermosas y muy fáciles de pasar por alto si no somos conscientes de lo que está sucediendo. Además de usar un missalette, una persona puede comprar su propio misal, o suscribirse a una publicación mensual como Magnificat que publica las oraciones y lecturas para el domingo y misas diarias.


5. Pídele a su Ángel Guardián que te ayude a mantenerte atento


Es fácil olvidar que la Misa es un encuentro entre el Cielo y la Tierra y que tu Ángel de la Guarda es el ayudante perfecto para mantenerte inmerso en la liturgia. Está a tu lado y listo para ayudar. Sólo tenemos que pedírselo. Aprecian especialmente la invitación de acompañarte mientras recibes la Sagrada Comunión. Nunca tendrán la oportunidad de recibir a Jesús en la Eucaristía, por lo que estar contigo durante ese tiempo es un evento especial.



6. El Ofertorio del pan y del vino es más que oro


Todas las intenciones que pongas en el altar (peticiones por los sacerdotes, la familia, el trabajo, la salud, las vocaciones, los gobernantes..., acciones de gracias, actos de desagravio, de adoración), se transforman en más que oro: se hacen uno con el ofrecimiento de Jesucristo y alcanzan un valor infinito



Aleteia/María F