El P Mark Morris
El otoño pasado escribí un poco sobre Don Minutella en la diócesis italiana de Palermo que defendió las enseñanzas de Jesucristo sobre el matrimonio y la Sagrada Comunión contra el veneno herético contenido en Amoralis Lamentia. Eponymous Flower informa que recientemente llevó a un grupo de peregrinos a Ars en Francia para visitar la iglesia de San Juan Vianney. Se les prohibió ingresar inicialmente y solo con dificultad se les permitió el acceso a la iglesia. Hay video de la confrontación en el sitio de EF.
Hasta hace muy poco, Irlanda consagraba en su constitución nacional la protección de los niños por nacer. Después de una batalla de referéndum muy polémica, Irlanda eliminó esas protecciones. Las serpientes han regresado a Irlanda, y el aborto es una de ellas. El padre James Larkin, sacerdote de la parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en la Arquidiócesis de Dublín, dijo la verdad a su congregación cuando dijo en una homilía que los católicos pro aborto que votaron por la abrogación deberían confesarse. Por eso, el arzobispo Diarmuid Martin le prohibió decir misas ni tener ningún contacto con los feligreses. Actualmente está asignado a una capellanía para algunas hermanas.
La semana pasada en Glasgow, Escocia, esa ciudad celebró un desfile de "orgullo gay". El padre Mark Morris, capellán de la cercana Universidad Caledoniana de Glasgow, dirigió un Rosario de Reparación para expiar (en parte) esa celebración del pecado. En represalia, fue despedido de su puesto por la administración de esa universidad.
Tal es la reacción instintiva del Reino Unido ante la moralidad cristiana. Lamentablemente, otro sacerdote, el padre Paul Morton, elogió el evento libertino, pero fue rápidamente reprendido por el obispo Joseph Toal. El único punto brillante en este escenario es que el padre Morris fue vindicado por el obispo local.
Sospecho que esta lista crecerá, y los laicos debemos descubrir el mal y no cegarnos.
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