Tosatti y la Intercomunión

                           Y después de los protestantes, ¿los musulmanes?

Marco Tosatti

Resumen: extrayendo las síntesis de este embrollo, en última instancia uno quisiera reclamar no a las conferencias episcopales (porque esto tendría una consecuencia en la Iglesia universal, y probablemente, obligaría a la misma a decir un buen "no" claro y fuerte), sino a los obispos en forma individual la decisión sobre qué hacer, y en los casos individuales. 
Una fragmentación absolutamente sin precedentes, sobre un tema central como el de la Eucaristía. 
Sería interesante saber qué palancas pudo mover el cardenal Marx para hacer que el Papa juzgara como maduro un documento (inédito) considerado inmaduro un mes antes. Y alguien, particularmente desalentado, podría preguntar para qué sirven Roma, las Congregaciones y el Papa, si todo se reduce a un "hagan ustedes (lo que quieran)". 
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“Fate vobis (hagan ustedes lo que quieran), era un buen obispo”, decían bromeando mis viejos, cuando no tenían ganas de asumir la responsabilidad de un sí o de un no. ¿Pero “hagan ustedes” se aplica al rol del pontífice de la Iglesia Católica? Sobre esto, permítanme dar alguna duda. (...) Pero a lo que estamos asistiendo en estos días, en el tema de la Eucaristía ofrecida -o no ofrecida- a los cristianos de otras confesiones, y sobre todo a los protestantes, nos parece que sea justamente esto. 

Recapitulemos. La Conferencia Episcopal Alemana prepara un subsidio pastoral que permite a las personas protestantes casadas con cónyuges católicos recibir la Eucaristía católica. Se basa en una interpretación – juzgada por muchos como exagerada- del cuarto parágrafo del canon 844 [del Código de Derecho Canónico], en el que se afirma:

§4. Si hay peligro de muerte oa juicio del Obispo diocesano o de la Conferencia Episcopal, urge otra necesidad grave, los ministros católicos pueden administrar lícitamente esos mismos sacramentos también a los demás cristianos que no están en comunión plena con la Iglesia católica, cuando éstos no puedan acudir a un ministro de su propia comunidad y lo pidan espontáneamente, con tal de que profesen la fe católica respecto a esos sacramentos y estén bien dispuestos. (NT: Un párrafo totalmente contradictorio porque si un protestante profesa la fe católica ya no es un protestante)

Peligro de muerte u otra necesidad grave: (...) pero nos parece, como pobres ignorantes que somos, que el Código habla de solo en casos dramáticos, no de ir a Misa todos los domingos...

Así han pensado un conjunto de cardenales (Mueller, Brandmueller, Ejik, y otros más) y siete obispos, incluyendo al cardenal Woelki, de la Conferencia Episcopal Alemana. Que escribieron a Roma, pidiendo que ésta, y en particular la Congregación para la Doctrina de la Fe, se exprese.
La Congregación se expresó, con una carta reservada -cuya existencia fue negada por la Conferencia Episcopal Alemana, cuando algunas agencias de noticias revelaron su existencia- que en el párrafo central decía, hablando de la audiencia del prefecto con el Papa: "Durante esa audiencia el Santo Padre dejó en claro que no considera oportuno que este documento se publique ahora. La carta, del 10 de abril, invitó a Roma a algunos obispos alemanes para mayo, para una reunión en la Congregación de la Doctrina de la Fe.

El 5 de junio Sandro Magister publica el texto de la carta que Ladaria envió a los obispos que participaron en el encuentro. Se dice en ella que el Pontífice piensa que el documento "no está maduro para ser publicado". En su carta, aclara que tres son las "razones esenciales" por las que no se puede publicar el documento de los obispos alemanes: "La cuestión de la admisión a la Comunión de los cristianos evangélicos en los matrimonios interconfesionales es un tema que afecta la fe de la Iglesia y tiene relevancia para la Iglesia universal"; "esta cuestión tiene efectos sobre las relaciones ecuménicas con otras Iglesias y otras comunidades eclesiales, que no deben ser subestimadas"; "el tema se refiere al derecho de la Iglesia, sobre todo a la interpretación del canon 844 del Código de Derecho Canónico. Dado que hay preguntas abiertas respecto a este tema en algunas áreas de la Iglesia, los dicasterios competentes de la Santa Sede ya han sido instruidos para producir una aclaración oportuna de estas cuestiones a nivel de la Iglesia universal”. En particular, dice Ladaria, parece oportuno dejar al obispo diocesano el juicio sobre la existencia de una "grave necesidad inminente".

Después sucedió algo. Qué fue, no lo sabemos; pero después de un encuentro con el Pontífice, el cardenal Marx regresó a su Alemania natal con un embrollo argentino con salsa alemana. Pero los lineamientos, que se debatirán de nuevo en otoño, se publican en el sitio de la Conferencia Episcopal Alemana, como "ayuda a la orientación" “en el interior de la responsabilidad individual de los obispos. Pero el documento es hijo de N.N.: es decir, no se atribuye el documento a ningún órgano, ni comisión, ni a la propia Conferencia Episcopal. Lo cual, permítanmelo, es algo absurdo.  Marx obtuvo una "F" (de Francisco) como firma en la parte inferior del documento mismo.


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Traducido al español por: José Arturo Quarracino