María Ferraz
La homo mafia del Vaticano, con conexiones masónicas más allá de la Iglesia, que dirigen a Ésta hacia el colapso, además de estar trazando un plan B, le habrá mandado callar a Bergoglio para que no diga ninguna inconveniencia, meta la pata y la líe aún más.
En mi opinión la homo mafia está preparando a un segundo candidato para que, de nuevo, usurpe el papado. Un "papa" que sustituya a Bergoglio porque, creo yo, que los laicos no se van a callar y la bola de nieve que está tomando fuerza en EEUU por parte de las autoridades civiles en el asunto de los abusos, irá incrementando su poder demoledor, y hasta es posible que pringue al mismo Bergoglio.
El actual falso papa, una vez perdida su credibilidad carecerá del apoyo de los fieles, y ya queda inservible para los planes ocultos que consisten en timar a los católicos sustituyendo la doctrina de Cristo por una adulteración, bajo un "papa" engañosamente misericordioso y humilde; se hace necesario reemplazarlo.
Esperemos que Dios lo impida porque una nueva tanda de apostasía programada podría acabar definitivamente con la mayor parte de la Iglesia, empujando a los creyentes que todavía resisten, a desertar de Ella.
en.news presenta la respuesta sin respuesta de Bergoglio, confusa, según su estilo propio, ante un periodista que le saca los colores con el asunto de Viganò:
Durante el vuelo de Dublín de regreso a Roma, un periodista de CBS [Fake] News confrontó al Papa Francisco con la declaración de Viganò, que compromete profundamente a Francis.
Aferrado a las palabras y escondiéndose detrás de una sonrisa artificial, Francis respondió que había leído la declaración.
Continuó con un aluvión de palabras vacías, "Sinceramente debo decirle esto, a usted y a todos los que están interesados: lean detenidamente la declaración y hagan su propio juicio.
No voy a decir una palabra sobre esto ".
Francis anunció además que "cuando pase un poco de tiempo y hayan sacado conclusiones, tal vez hable, pero me gustaría que su madurez profesional haga esta tarea".
Es de esperar que Francis nunca vuelva a mencionar el Viganò. Después de su embarazosa respuesta, es probable que use el segundo truco del libro de jugadas del Vaticano: los periodistas de Bergoglio comenzarán a difamar a Viganò.