Bergoglio, cómplice de la fiesta con prostitutos gay


María Ferraz

Ya sabíamos que el Sínodo de la Juventud era sólo un montaje configurado para catapultar más ideología herética modernista, con Fco a la cabeza. Esta farsa es una nueva vuelta de tuerca enfocada a impulsar la aceptación de la sodomía en la Iglesia con mil artimañas dialécticas para esconder, con una hipocresía admirable, sus verdaderos propósitos.

Un vuelta de tuerca que quedó pendiente tras el desastre  de Amoris L, documento del cual han partido las disposiciones -en numerosas conferencias episcopales- para procurar la relativización de la doctrina sacramental,  abriendo los sacramentos a personas que no pueden recibirlos por encontrarse en pecado voluntario y persistente, principalmente a divorciados `recasados´ que no eligen vivir como hermano y hermana, cargándose por derivación, la verdad de la indisolubilidad del matrimonio.


Fco además, sabía perfectamente que Coccopalmerio estuvo en la fiesta con prostitutos gay y drogas, junto con Capozzi, (como informa LifeSiteNews de una fuente vaticana) -quien fue una cabeza de turco para no delatar a los peces gordos: obispos, cardenales como Coccopalmerio-, y lo ha mantenido a su lado sin deponerlo de su cargo. 


Concluimos que Bergoglio es indigno de sentarse en el trono de Pedro por encubrir a los sodomitas y cooperar con ellos (en Argentina, con McCarrick y ahora Coccopalmerio), y por utilizar su cátedra para envenenar las almas de los católicos. Tan indigno y deplorable que ahora mismo debería ser arrestado por una legión de arcángeles vengativos. 

Pero aún no ha llegado su hora y la maldad debe rebosar del vaso.


Recordemos:

A principios de agosto 2017, los medios italianos comenzaron a informar que Monseñor Luigi "Cocaine" Capozzi había sido expulsado de un apartamento palaciego del Vaticano, donde había organizado una orgía homosexual con drogas. Capozzi era un monseñor de alto rango en el Pontificio Consejo de Textos Legislativos. Después de que los medios italianos descubrieron al prelado homosexual activo, las autoridades romanas comenzaron el encubrimiento habitual.

Greg Burke, peón de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, eventualmente informó al mundo que la Santa Sede no haría ningún comentario sobre la orgía, o sobre la bolsa de cocaína en posesión de Capozzi, cuando la policía irrumpió en las lujosas habitaciones palaciegas donde el el prelado, otros clérigos y muy probablemente travestis prostitutos se dedicaban a actos homosexuales.


Menciono a los travestidos homosexuales masculinos, ya que los informes de Roma sugieren que este parece ser el tipo preferido de desviados por los clérigos homosexuales. Imagínese eso: sacerdotes, obispos y drag queen esnifando cocaína y participando en actos homosexuales en un entorno opulento pagado por el óbolo  de la viuda. ¿Se puede imaginar un mayor odio hacia Jesucristo y su Iglesia?