Mis palabras caen en oídos sordos




Jesús: “Con mucha frecuencia mis palabras caen en oídos sordos. En verdad, sigue habiendo aquellos que ven pero no ven, escuchan pero no están escuchando. Estos hermanos y hermanas tendrán que responder el desaire que hacen de Mis gracias. Mis palabras rebotan en ellos como gran cantidad de piedras. A ustedes, hijos Míos, se les ha dado la gracia de escuchar con ambos oídos y su corazón. Por lo tanto, deben prestar atención a Mis palabras. Mi espíritu vendrá sobre ustedes y sabrán lo que quiero de cada uno. Les pido que escuchen la voz de su Dios en el corazón, y que me respondan con determinación. 


Mi yugo es suave y mi carga ligera. Mis verdaderos seguidores conocen la alegría y la paz, y ésta se ve reflejada en sus ojos. Durante este tiempo, apóyense mutuamente. Las santas amistades son Mi regalo para ustedes, queridos hijos, para que los ayuden a ir por Mi camino durante este tiempo, en que hay pocos que llevan la misma dirección. Escuchen Mi voz y déjenme comenzar a usarlos para extender Mi plan, que es de amor y salvación para su mundo en tinieblas. La próxima generación me conocerá de un modo diferente. Me estarán agradecidos por esta oportunidad que les brindo de servirme.”

Santa Madre: “Están respondiendo a mi Hijo. Qué feliz hacen a su Madre. Juntos habremos de ir por este camino de conversión, en silencio y con amor. ¿Ven cómo sus corazones ya están cambiando, hijos míos? ¡Qué grande es nuestro Dios, para disponer de un tiempo como éste y guiar a sus hijos de regreso a Él, que es tan paciente y misericordioso, y a quien han de imi- tar en todo momento siendo también pacientes y misericordiosos. Hoy miren al Cielo con gratitud y alegría, porque su Dios los ha elegidos para implementar su plan celestial. Los ángeles y los santos están listos para ayudarlos en sus necesidades. Nunca deben temer, pequeños. Jamás los dejaremos.” 


Jueves, 26 de Junio de 2003

Direction for Our Times